EL MUNDO › LA JUNGLA Y LAS LLUVIAS DIFICULTAN EL ACCESO
La lucha por llegar a la lucha
Por Martin Hodgson
Desde Bogotá
A través de una violenta lluvia y mucha pelea, soldados colombianos lucharon para llegar a un pueblo en la remota jungla colombiana, donde cientos han muerto en batallas entre rebeldes marxistas y paramilitares de derecha. Botes de guerra de la Marina quedaron varados por el fuego rebelde en el río Atrato, a 16 kilómetros de Bojayá, el lugar de uno de los más sangrientos incidentes en 38 años de guerra civil en Colombia. Por lo menos 110 civiles, incluyendo 40 niños, murieron ahí el jueves cuando un mortero rebelde alcanzó una iglesia donde los campesinos habían buscado refugio.
El jefe de las fuerzas armadas, general Fernando Tapias, rechazó una declaración de que sus fuerzas hubieran podido evitar la tragedia, diciendo que sus operaciones se habían visto entorpecidas por la densa jungla y la lluvia constante. La Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Bogotá dijo que las autoridades estatales ignoraron sus advertencias de que la violencia era inminente en la región del Chocó. “Hemos estado diciendo durante meses que salvo que el Estado interviniera, habría una gran tragedia en la zona”, dijo el padre Manuel García, un trabajador social de la iglesia en Quibdo, la capital del estado de Chocó.
Ha habido choques feroces en la región entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y los paramilitares de la extrema derecha luchando por el control del río Atrato, una ruta clave para el contrabando de armas y drogas hacia Panamá. Unos 500 paramilitares marcharon hacia Bojayá a fines de abril pasado, incitando el ataque de la semana pasada por 700 rebeldes.