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La más fuerte rival del canciller alemán en las próximas elecciones presidenciales, Angela Merkel, aseguró ayer que está dispuesta a realizar profundas reformas sociales y laborales, incluyendo el aumento de hasta un 18 por ciento del IVA, para terminar con lo que muchos alemanes consideran el mayor problema del país: la desocupación. Con este incremento –dijo– se busca equilibrar la ya prevista reducción de los costos laborales, que los economistas locales ven como el mayor obstáculo para la creación de empleo.
Sin embargo, la propuesta de incrementar el IVA amenaza con un enfrentamiento con el principal posible socio de la alianza entre la conservadora Unión Cristiano Demócrata –el partido de Merkel– y la Unión Socialcristiana, el Partido Liberal que teme que la medida incida de forma negativa en el ya débil consumo interno y que fomente la propagación del trabajo en negro. “Haremos todo lo posible por evitar el aumento del IVA”, adelantó el líder liberal Guido Westerwelle. También los partidos oficialistas y la Asociación del Comercio Minorista lo consideraron injusto y “un veneno para la coyuntura”.
“Con Merkel todo será más caro pero nada será mejor”, criticó el canciller Gerhard Schroeder, y señaló que el aumento previsto afectará principalmente a “los jubilados y a las familias” en general. “El programa no es financiable. No es otra cosa que deseos de regalos de Navidad que nadie podrá satisfacer”, acusó.