EL MUNDO
Atacar islámicos, delito de moda en Londres post 7-J
Las agresiones por “odio religioso” se multiplican en la capital británica desde los atentados. Ayer fue la primera acusación formal para un detenido por colaborar con terroristas.
Por Francisco Peregil*
Desde Londres
Desde el pasado 7 de julio, en que murieron 52 personas en Londres a causa de los ataques suicidas, la policía ha registrado 273 incidentes de índole religiosa, incluyendo ataques físicos y daños contra la propiedad, según indicó Scotland Yard. A pesar de que hay decenas de agentes protegiendo las mezquitas y más guardias que nunca patrullando las calles y las estaciones de la ciudad, los ataques en el último mes han sido mucho más numerosos que en el mismo período del año anterior, cuando sólo se produjeron 40 “incidentes” de este tipo.
En los tres días posteriores al 7 de julio la policía de Londres registró 68 denuncias por agresiones a causa de “odio religioso”, mientras que en el mismo período del año anterior no se produjo ninguno. “Ha habido un pequeño incremento de delitos relacionados con la religión tras el 7 y el 21 de julio”, indicó un portavoz de Scotland Yard. “Pero ese aumento se puede deber a que la policía ha mejorado sus métodos estadísticos y ha desglosado los delitos raciales y los religiosos”, añadió. Desde el 6 de julio al 1º de agosto del año pasado los incidentes en Londres, tanto por odio racial como religioso, se situaron en 1324, frente a los 1432 en el mismo período de este año. Los incidentes por razones de fe (no sólo islamofobia) ascendieron de 41 a 273.
“Los delitos por cuestiones de religión se elevaron durante los días posteriores al 7 y 21 de julio, pero ya no se han vuelto a registrar las mismas cotas que tras el 7 de julio”, indicó ayer un portavoz de Scotland Yard. “Queremos recalcar que no ha habido asesinatos, ni intentos de asesinatos, ni desórdenes, daños muy graves desde el 7 de julio”, añadió. “Estamos trabajando estrechamente con los líderes de comunidades étnicas y religiosas. El incremento de las denuncias puede ser visto también como un reflejo de que las diversas comunidades de Londres tienen la suficiente confianza en la policía como para tomar en serio esos incidentes”, señaló la citada fuente.
La mayoría de las denuncias, según Scotland Yard, se produjo tras “agresiones verbales, daños físicos y otros hechos no violentos. Ninguna de esas agresiones fueron letales, pero la policía reconoce el ‘efecto desproporcionado’ que pueden ocasionar en las víctimas”, indicó la citada fuente. “Nosotros animamos a cualquiera que sufra o presencie cualquier tipo de agresión xenófoba, que nos llame. Todas las denuncias serán investigadas por agentes especializados en la materia y serán supervisadas por un representante de la comunidad.”
La publicación de estas cifras llega cuando aún se hacen eco los periódicos en sus primeras páginas del crimen de Anthony Walker, un estudiante de 18 años, muerto en la noche del viernes al sábado de un hachazo en la cabeza en Liverpool cuando acompañaba a su novia a la estación. La causa, según la policía, sólo es racial. Era negro. Dos hombres blancos, de 17 y 20 años, son buscados y se pidió su captura a raíz del crimen. Uno de ellos, el más joven, es hermano del jugador del Manchester City Joey Barton, quien ha emitido un mensaje televisado pidiéndole al hermano que se entregue.
Por otra parte, un hombre de 23 años, Ismael Abdurahman, ha sido el primer inculpado formalmente por los atentados del 21 de julio. Abdurahman, residente de Kennigton, en el sur de Londres, tendrá que comparecer hoy ante la Justicia. La policía lo acusa de haber retenido “entre los días 23 y 28” informaciones clave para detener o perseguir a terroristas. La policía ha detenido hasta el momento a 37 personas relacionadas con los atentados, de las cuales 23 fueron liberadas y 14 permanecen bajo custodia.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.