EL MUNDO
Cómo se puede ahogar en sangre una Constitución que todavía no nació
Bagdad vivió ayer una jornada singularmente violenta mientras la sesión de la Asamblea Nacional que debía votar la Constitución se postergaba sin fecha. Y surgieron batallas entre los chiítas.
Por Kim Sengupta *
Los intentos de larga data de adoptar la nueva Constitución de Irak cayeron en un caos ayer mientras una nueva ola de violencia se desataba a través del país cuando los insurgentes llevaron a cabo un devastador ataque en Bagdad. Por lo menos 40 personas, incluyendo a 13 policías y un estadounidense, murieron cuando docenas de hombres enmascarados ocuparon partes de la capital y el presidente Jalal Talabani escapó a un intento de asesinato, en el que murieron ocho de sus guardaespaldas y otros 15 resultaron heridos. También ayer se descubrieron los cuerpos de 36 hombres, que se cree que son kurdos, en el cauce de un río seco cerca de la frontera iraní en Badrah. Todas las víctimas habían sido “ejecutadas” con disparos en las cabezas.
Añadiendo una nueva dimensión a la crisis existente sobre la Constitución, comenzó una lucha entre los grupos chiítas divididos sobre el tema, que resultó en nueve muertes. Funcionarios sunnitas se han opuesto vehementemente a la estructura federal del borrador del documento, declarando que era un pretexto para que los chiítas y los kurdos se repartan entre ellos el norte y el sur del país, ricos en petróleo. No obstante, el clérigo radical chiíta Moqtada al Sadr y su Ejército Mehdi, que tienen su base de poder en la zona central de Irak, relativamente pobre en recursos, también se oponen al federalismo y ayer chocaron con los chiítas pro Constitución del grupo Badr, conducidos por Abdul Aziz al Hakin, en una serie de batallas armadas en el centro chiíta en el sur y el este de Irak.
Mientras, la confusión rodeaba el proceso político, con descripciones conflictivas de los funcionarios del gobierno sobre el borrador de la Constitución. En un momento, el vocero gubernamental Laith Ku- bba declaró que se habían acordado cambios en los documentos y que serían votados en la Asamblea Nacional para el fin del día. “Para el fin del día tendremos una versión final del borrador. Será aprobado. La Asamblea Nacional le pondrá su sello”, dijo. Sin embargo, Bishro Ibrahim, el vocero de la Asamblea Nacional, anunció que no se había llegado a ningún acuerdo y que no había planes para que se reuniera la Asamblea.
Durante todo el día, los partidos árabes sunnitas insistieron en que no cederían al federalismo. Mientras las negociaciones continuaban hasta entrada la noche, un escenario discutible era que el borrador, con algunas enmiendas, pero todavía con la referencia al federalismo, fuera presentado a la Asamblea, pero con el voto para su adopción diferido hasta el domingo. Los chiítas y los sunnitas tienen un mayoría asegurada en la Asamblea Nacional y tendrían poca dificultad en pasar un voto. La Constitución luego será sujeta a un referéndum en el que puede ser bloqueada si hay dos tercios de votos negativos en por lo menos tres de las 18 provincias de Irak.
Negociadores sunnitas ayer amenazaron con iniciar una acción legal si la Constitución es adoptada en su forma actual. Hussein al Falluji, un miembro sunnita del panel del borrador de la Constitución, dijo: “Si esta Constitución sigue incluyendo el federalismo, debería mandarse a la basura y hecha nuevamente”. El presidente George W. Bush anunció el envío de tropas extras a Irak en previsión de un resurgimiento de la violencia en el momento del referéndum y ayer el general estadounidense Rick Lynch dijo que las fuerzas de la coalición estaban listas para enfrentar la situación.
Sin embargo, el ataque a Bagdad parece haber tomado por sorpresa a las fuerzas de EE.UU. y de Irak. Docenas de hombres enmascarados tomaron los distritos de Khadra y Jamaa en Bagdad y mataron a los supuestos colaboracionistas. La policía que llegó al área fueron atacados por una sucesión de autobombas. El general Lynch dijo que parecía que los insurgentes “tuvieran la habilidad para elegir el momento y el lugar y usaran tácticas de ataque de enjambre”. Un alto oficial de la policía iraquí dijo: “Ellos (los insurgentes) son más y más osados. No esperábamos este ataque y tuvimos que luchar muy duramente. Pero al final lo logramos”.
En la violencia de la lucha interchiíta del Ejército Mehdi y el grupo Badr se incendiaron las respectivas oficinas e intercambiaron fuego de morteros y de ametralladoras. Al Sadr exigió que Al Hakin, líder del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak, condenara la violencia pero también emitió un llamado a la solidaridad chiíta, declarando: “No olvidaré este ataque. Pero Irak está pasando una fase crítica y difícil que requiere unidad”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.