SOCIEDAD
Cayó el preso fugado de un penal con ayuda uniformada
Detuvieron al delincuente prófugo Martín “El Porteño” Luzi. Estaba oculto en un mercadito del poblado de Vichina, a 300 kilómetros de La Rioja, propiedad de un puntero menemista que también terminó detenido.
Por Horacio Cecchi
La concentración de personas frente al mercadito fue inusual. Y no es que La Gran Feria Persa tuviera algo en oferta. Entre espectadores y protagonistas, superaba holgadamente toda previsión, esto, claro, si se cuentan, además de la enorme cantidad de policías, a los cuatro detenidos. Es que en Villa San José de Vichina, cabecera departamental de General Sarmiento, La Rioja, las aglomeraciones no forman parte de la cultura cotidiana. Nadie hubiera imaginado que allí, en pleno centro del pueblo de 1800 habitantes, estaba refugiado el delincuente más buscado, El Porteño Luzi, fugado del penal cordobés de Bouwer el 12 de agosto pasado en medio de una ola de rumores que apuntaban contra penitenciarios y policías. Con Luzi fueron detenidos los Gustavos, Sánchez y Sosa, también prófugos de Bouwer. El cuarto fue Guillermo Agner, dueño de La Gran Feria Persa y puntero de confianza del bazar menemista en los intentos de re-recuperación de Carlos Saúl.
En julio del año pasado, Martín Luzi había sido detenido, acusado de haber participado en el secuestro del empresario rural Marcelo Dezzotti, ocurrido en Córdoba en marzo del 2003. Cuando fugó del penal, su madre denunció públicamente que la policía cordobesa lo quería asesinar para que no revelara lo que sabía. Luzi había acusado a un grupo de policías cordobeses –entre los que figuraban varios comisarios– y a tres oficiales de la Federal como miembros de una banda de secuestradores que había participado en el del empresario de Oncativo, Dezzotti. La sospecha fue que a Luzi le habían abierto la puerta para escapar antes de declarar en el juicio oral, que se inició seis días después en su ausencia.
Atrapado entre la búsqueda judicial y la presunta persecución policial, Luzi y los Gustavos aterrizaron en Vinchina, uno de los últimos poblados antes de entrar de lleno en la cordillera. Según fuentes de la investigación, los prófugos habían llegado entre el domingo y el lunes pasado a La Rioja y de allí rápidamente subieron a Vinchina, a unos 300 kilómetros de la capital provincial. Les encontraron el rastro después de atrapar en Córdoba un camión cargado de armas que se dirigía a La Rioja.
La recaptura tuvo lo suyo. Cuatro investigadores cordobeses siguieron la pista hasta Vinchina y organizaron el operativo, que contó con una docena de policías del grupo Eter y un ejército de uniformados riojanos. Alrededor de las diez y media de la mañana de ayer, la calle Carlos Saúl Menem, en el barrio La Plaza, ahí nomás del centro de Vinchina, estaba tapizada de policías que habían rodeado la manzana. A la voz de ¡aura! empezaron los tiros. No hubo heridos. Luzi intentó escapar por los fondos, pero un vecino de 70 años, don Faustino Carrizo, se le tiró como en las películas y se quedó agarrado a él aunque le llovieran golpes, mientras un hijastro de don Faustino iba en su ayuda hasta que llegaron los uniformados. “Le pregunté qué andás haciendo, sinvergüenza de mierda y él me hacía señas de que me callara. Un policía que lo corría me gritó ‘tópelo’ y yo me le tiré a los pies”, relató don Faustino a Radio Universidad de Córdoba.
Pero la sorpresa de los 1800 pobladores (porque todos estuvieron pendientes) fue cuando vieron salir, entre los detenidos, al dueño de La Gran Feria Persa. “¿Pero ése no es Guillermo?”, se preguntaban los pobladores asomando su nariz por encima de los roperos policiales que hacían de pantalla. Guillermo es Agner, el puntero menemista en Vinchina, según confiaron los periodistas de la radio local, la FM Oeste, cuya emisora se encontraba en un lugar privilegiado: cruzando la Carlitos Menem.
Según las mismas fuentes, Agner “andaba en un Comando Menem, un grupo de hombres que trabajaban en la campaña de Menem para las internas del justicialismo. Fue el que organizó la visita de Menem a Vinchina durante la campaña. El andaba con la comitiva. Y aspiraba a candidatearse a diputado provincial”. En la historia menemista riojana, Agner es un recién llegado y recién ido. Lo primero, porque desembarcó en La Rioja hace unos cuatro o cinco años, no más, cuando el menemismo ya había desbarrancado. Lo segundo, porque su detención parece excluirlo del intento de re-recuperación menemista y de cualquier campaña, aunque nunca se sabe. Se estableció en Villa San José de Vinchina, nada menos que en la premonitoria Carlos Saúl Menem sin número, barrio La Plaza, ahí nomás del centro. Puso su supermercado La Gran Feria Persa que, según parecen indicarlo los hechos, funciona como aguantadero menemista bajo la cubierta de un mercadito de carnes y verduras.
Luzi y los dos Gustavos no se hacían ver demasiado, pero algunos pobladores llegaron a verlos sin sorprenderse de sus caras extrañas. “Siempre había gente rara –reveló a este diario un vinchino–. Caras desconocidas, hermanos, familiares raros, a veces se venían en camión desde Córdoba, siempre se caían con una carita nueva.”
Al final, Luzi y los dos Gustavos fueron trasladados en helicóptero a Villa Unión y desde allí en un avión que los esperaba hasta Córdoba. Agner, con menos suerte, le tocó el menemóvil: lo trasladaron en camioneta.