EL MUNDO
El FBI encontró y mató al líder independentista
Filiberto Ojeda Ríos, líder clandestino de Los Macheteros de Puerto Rico, fue baleado por los agentes –que iban a matarlo y no a arrestarlo, según atestiguan– y murió desangrado.
Por Yolanda Monge *
Desde Washington
Durante más de 15 años fue el puertorriqueño más buscado por el gobierno federal de Estados Unidos. Finalmente, las balas del FBI lo encontraron y acabaron con la vida de Filiberto Ojeda Ríos, de 72 años, líder del Ejército Popular Boricua, Los Macheteros. La muerte le llegó durante una larga operación policial que se inició el viernes por la tarde en una residencia de la localidad de Hormigueros, a unos 150 kilómetros al oeste de San Juan. Cientos de personas despidieron ayer a Ojeda Ríos, con una oleada de protestas en la isla y denuncias por parte de su viuda. El director del FBI, Robert Mueller, se comprometió ayer a iniciar una investigación interna para esclarecer la muerte del líder independentista, a pedido de un grupo de legisladores demócratas.
El cadáver de Ojeda fue expuesto ayer en el Ateneo de Puerto Rico y en el Colegio de Abogados de San Juan, donde numerosos amigos y simpatizantes de la causa independentista le rindieron el último homenaje. Mientras tanto, su viuda, Elma Beatriz Rosado Barbosa, ofrecía en el Ateneo una rueda de prensa en la que acusaba al FBI de “mentir” sobre lo sucedido en el tiroteo. Rosado aseguró que los agentes federales comenzaron a disparar contra la fachada de la vivienda sin darle tiempo a su esposo a entregarse. “Oí a Filiberto gritarles: ‘yo me entrego al periodista Jesús Dávila’”, relató llorosa y agregó que “más tarde me vendaron los ojos y en ese momento sentí en mi corazón, supe, que lo iban a asesinar”.
En la misma rueda de prensa, el doctor Héctor Pesquera, portavoz de la familia, y uno de los que estuvo presente en la autopsia, aseguró que el análisis forense “nos dijo claramente que (los agentes del FBI) no vinieron a arrestarlo, vinieron a matarlo... lo dejaron desangrar”. El gobernador de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá, declaró ayer que lo que pasó “es muy serio, es inaceptable” y que “el FBI y las autoridades federales tienen mucho que explicarle al pueblo de Puerto Rico”.
Aunque trompetista de profesión, Ojeda Ríos se entregó a la causa del independentismo. El 12 de septiembre de 1983 protagonizó un espectacular robo de 7,2 millones de dólares a un furgón de transporte de la compañía Wells Fargo en Hartford (Connecticut). Al estilo Robin Hood, el bandido caritativo usó el dinero para repartir regalos a los niños pobres puertorriqueños y para promover la independencia de la isla. Ojeada Ríos fue liberado en 1988 tras el pago de una fianza de un millón de dólares, después de pasar tres años en la cárcel a la espera de juicio por el asalto a la Wells Fargo. Pero en 1990 violó su libertad condicional al arrancarse del tobillo el grillete electrónico que controlaba sus pasos. Un juez de Connecticut lo condenó en ausencia a 55 años de prisión por el robo. Desde entonces el FBI se convirtió en su sombra.
Los Macheteros llevaban más de una década inactivos. Se les atribuye el bombardeo en 1981 de 11 aviones militares de una base de EE.UU. en Puerto Rico donde murieron dos marines. Filiberto vivió en la clandestinidad, con su barba blanca y su eterna guayabera, durante más de 15 años. Murió con las botas militares puestas, con un pantalón de camuflaje, un chaleco antibalas y una pistola con dos cargadores, según informó el FBI. Ojeda Ríos murió en el aniversario de una breve rebelión ocurrida en 1868 contra el gobierno colonial español en el pueblo de Lares.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.