EL MUNDO › ENCUENTRAN LOS PRIMEROS DESAPARECIDOS ENTERRADOS EN URUGUAY
Una tumba que ahora tiene nombre
Después de meses de búsqueda inútil y con más de 120 excavaciones sin resultados, los antropólogos encontraron los primeros restos en una fosa en Pando. Serían los cuerpos de dos militantes comunistas asesinados en 1974 y 1976.
“Es un día muy dramático para la sociedad uruguaya”, afirmó el presidente Tabaré Vázquez al pie de la fosa donde se encontraron los primeros restos humanos que posiblemente sean de desaparecidos por la dictadura. Las excavaciones son en una granja de la ciudad Pando, a 30 kilómetros de Montevideo, resultado del segundo informe de la Fuerza Aérea que reconocía que dos militantes comunistas, José Arpino Vega y Ubagesner Chávez Sosa, habían sido enterrados allí. Por ahora, los antropólogos sólo encontraron una pierna completa, pero creen que estaría todo el esqueleto y ya están buscando un segundo cadáver. Tabaré pidió paciencia hasta que se determine la identidad de los restos y adelantó que en los Batallones 13 y 14 hay indicios de remoción de tierra.
Ocho personas están trabajando en el predio conocido como la chacra de Pando, cuatro antropólogos y cuatro militares. Contaron que desde agosto, cuando comenzaron con las excavaciones, realizaron entre 120 y 150 pozos, sin ningún éxito. La fosa en donde ayer se encontraron un pie, una tibia y un peroné iba a ser la penúltima a realizar, ya que estaban por dar por terminado el trabajo en el lugar. Inmediatamente después de enterarse del descubrimiento, Tabaré se trasladó al lugar junto a su ministra de Defensa Azucena Berrutti y al secretario de la Presidencia Gonzalo Fernández. Esto “cambia todo el escenario sobre los hechos en la historia del país”, adelantó Tabaré.
En su informe, la Fuerza Aérea Uruguaya había indicado la ubicación de los cadáveres de los militantes comunistas y admitía un segundo vuelo clandestino trayendo uruguayos secuestrados en Buenos Aires. El documento explicaba que José Arpino Vega fue detenido “el 18 de abril de 1974, junto con su esposa e hijo en su domicilio (en Uruguay) siendo trasladado entonces a la Unidad de Servicios de Aeródromo ‘Cap. Boiso Lanza’”. Vera fue “sometido a apremios físicos (torturas) durante el interrogatorio, falleciendo en la madrugada del 28 de abril de 1974. Ocurrido el hecho, la intención fue entregar el cuerpo a los familiares, pero al no poder presentar un certificado de defunción, se procedió a montar un operativo simulando su fuga y sepultando con cal el cadáver en una chacra (...) próximo a la ciudad de Pando”.
En el caso de Chávez Sosa, el informe dice que “fue detenido el 28 de mayo de 1976”, fue trasladado a Boiso Lanza y sometido a torturas, “falleciendo posteriormente durante la noche del 1 o el 2 de junio de 1976”, y explica luego exactamente el mismo procedimiento que en el caso de Vega. En ninguno de los dos casos “existe información referente a que el (los) cadáver (cadáveres) hayan sido exhumado(s), incinerado(s) y arrojados sus restos al Río de la Plata”, afirma el informe.
La Comisión para la Paz investigó entre 2000 y 2003 un total de 38 casos de desaparecidos y concluyó que 26 personas corrieron la misma suerte que las dos cuyos restos acaban de encontrarse. La aclaración de la FAU sobre no haber exhumado los cuerpos indica que no fueron incluidos en la Operación Zanahora, decidida por las Fuerzas Armadas ante el retorno a la democracia en 1985. La Operación consistió en desenterrar a los desaparecidos, triturando o cremando sus restos.
El presidente Tabaré Vázquez, dijo que “es un día para que en calma reflexionemos sobre la gravedad de los acontecimientos ocurridos en este país”, y aclaró que no se sabe “a quién pertenece el cuerpo, tenemos que esperar para conocer la identidad”. El antropólogo jefe del grupo, José Luis López Mass, comentó que se trata de un enterramiento “en posición primaria” y señaló que sentía “una mezcla de alegría por acercarnos a un objetivo por el que se luchó tanto y por otro lado el drama que está ínsito en estos hechos”. el trabajo antropológico de búsqueda de cuerpos comenzó en mayo en el Batallón 13 de Ejército, en los suburbios de Montevideo y continuó en agosto en el Batallón 14, en Toledo, siempre sin resultados positivos.