EL MUNDO › BENEDICTO XVI PONE LIMITES A LOS FRANCISCANOS

Muy progres al gusto papal

 Por Enric González*
Desde Roma

Benedicto XVI suprimió la autonomía que Pablo VI concedió en 1969 a las basílicas de Asís y a los monjes franciscanos. Oficialmente, el Papa se limitó a acabar con una situación anómala y contraria al Código de Derecho Canónico de 1983. En realidad, Joseph Ratzinger parece dispuesto a imponer su disciplina sobre el supuesto izquierdismo representado por los franciscanos y otras comunidades católicas que gozaron de cierta libertad bajo el papado de Juan Pablo II.
La decisión del pontífice tiene también mucho de ajuste de cuentas: Ratzinger nunca perdonó a los franciscanos que permitieran sacrificios de animales sobre el altar de Santa Clara en el gran encuentro interreligioso de 1986.
La orden del Papa fue emitida el 19 de noviembre y los franciscanos la acogieron con disciplina. Nadie en Asís quiso hacer comentarios a la prensa, más allá de una declaración en la que se aseguraba que los hermanos aceptaban la situación “con alegría y esperanza”. Y, sin embargo, el contenido del documento papal de noviembre revelaba cierta inquietud de Benedicto XVI ante las reacciones franciscanas, ya que exhortaba a “los hijos de San Francisco” a atenerse “con generosa disponibilidad’ a las nuevas normas, como si eso no se diera por supuesto.
El ensayista católico Vittorio Messori, que en 1984 escribió con el entonces cardenal Ratzinger el libro Informe sobre la fe y mantiene con él una estrecha amistad, reveló al diario turinés La Stampa las claves ocultas del golpe a los franciscanos. “Desde el encuentro interreligioso de 1986, Joseph Ratzinger tenía una cuenta que saldar con los hermanos de Asís”, dijo Messori, recordando que el actual Papa “se indignó por los sacrificios paganos realizados sobre el altar de Santa Clara, fundadora de la Orden de las Clarisas”. Aquel encuentro, según Messori, fue “un carnaval” en el que “los franciscanos permitieron a los animistas africanos matar dos pollos sobre el altar, y a los pieles rojas americanos bailar en la iglesia”. “La cuenta por aquellas basílicas cristianas cedidas a los cultos paganos ha quedado saldada casi 19 años después”, añadió.
Messori aseguró que el Papa quería restablecer la ortodoxia: “Ya es hora de que los franciscanos acaben con su demagogia política y teológicamente correcta, basta con los artificios de paz, ecología, ecumenismo y otras veleidades falsamente valerosas, que desembocan en apretones de manos a los dictadores y violaciones de las iglesias”. Los franciscanos fueron reiteradamente acusados, desde el cristianismo conservador, de favorecer las opciones políticas de izquierda y 20 años atrás fueron amonestados por el propio Ratzinger, por haber citado a Leonardo Boff, teólogo de la Liberación, en un libro de catequesis juvenil.

* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.

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