Miércoles, 4 de enero de 2006 | Hoy
EL MUNDO › MOSCU REANUDO EL DIALOGO CON UCRANIA SOBRE EL GAS
Europa parece respirar tranquila por primera vez después de un principio de año difícil. A pesar de las temperaturas bajo cero que azotan el continente, la actividad política se recalentó a partir de la decisión de la empresa estatal rusa, Gazprom, de suspender los suministros de gas a Ucrania, lugar de paso del 80 por ciento del gas que Rusia envía a Europa occidental, que a su vez supone casi un cuarto del consumo de los países de la Unión Europea (UE). Las buenas noticias fueron dos. Por un lado, y a pedido de la UE –que no quiso actuar como árbitro en la disputa–, delegaciones de Ucrania, Rusia y Moldavia se preparaban para reunirse en Moscú para retomar las negociaciones. Por otro lado, Gazprom normalizó ayer los suministros a Europa, aunque advirtió que si Kiev continúa extrayendo gas ilegalmente no lo podrá mantener indefinidamente.
“Hemos terminado el trabajo para restaurar las provisiones de gas a Europa. En este momento estamos enviando suministros completos a nuestros consumidores europeos”, anunció aliviado el vocero de Gazprom, Sergei Kupriyanov, y luego fue ratificado por las compañías energéticas de Alemania, Italia, Francia, Rumania, Hungría, Polonia, Austria y Eslovaquia. Estos países habían reclamado, el lunes pasado, una disminución en sus provisiones de gas de entre el 30 y el 40 por ciento.
“Gazprom compensará una vez más a los consumidores europeos, pero no continuará haciéndolo eternamente y Ucrania tendrá que pagar por ello en cualquier caso”, advirtió Kupriyanov, que continuó acusando a Kiev de robar el gas, destinado a Europa, que atraviesa el país. La empresa rusa dice tener “documentado” que entre el domingo y el lunes pasado se habrían bombeado ilegalmente unos 213,5 millones de metros cúbicos, lo que equivale a casi 50 millones de dólares.
A pesar de la negativa de la UE para intervenir para arbitrar en la disputa, Rusia, Ucrania y Moldavia lograron aceptar reanudar las negociaciones sobre los suministros de gas. Sin embargo, un acuerdo todavía parece estar lejos. Moscú sigue manteniendo que no renunciará a los aumentos de precios que impuso a Kiev y a Kishinev –de 50 a 230 dólares, y de 80 a 160 dólares, respectivamente–, mientras que los dos ex estados soviéticos se mostraron dispuestos a aceptar los nuevos “precios de mercados” dictados por Rusia, aunque insisten en que debe haber primero un período de transición, con aumentos graduales, para evitar un “colapso” de sus economías. Más todavía, Gazprom ya adelantó que no habrá “más concesiones”. “Hemos adoptado demasiadas medidas para llegar a un punto medio con Ucrania y no tenemos intenciones de seguir haciéndolo”, sentenció el vocero de la empresa rusa.
Mientras la disputa parece haberse encausado nuevamente en el plano de la negociación, la UE debe enfrentarse con la vulnerabilidad energética que dejó en evidencia el conflicto entre Moscú y Kiev. “La situación actual ha demostrado lo vulnerable que es la Unión por problemas en el abastecimiento de gas”, admitió Andris Piebalgs, el jefe de la Comisión de Energía de la UE, que instó a Rusia a no tomar al bloque europeo como “rehén” en sus problemas con Ucrania. “La garantía del suministro es de extrema importancia para nosotros,” explicó Piebalgs que, aunque afirmó que el bloque europeo no intervendrá, sí monitoreará la evolución de las negociaciones.
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