Viernes, 6 de enero de 2006 | Hoy
EL MUNDO › DAN POR TERMINADA LA CARRERA POLITICA DEL PRIMER MINISTRO ARIEL SHARON
Israel se debatía anoche en la incertidumbre después de que se anunciara que el primer ministro Ariel Sharon sería mantenido en coma profundo por 48 horas. Algo parecía claro: Sharon no volverá al poder. Y la pregunta era si su sucesor, Ehud Olmert, podrá llevar a su partido al triunfo en las elecciones de marzo.
Ariel Sharon, el primer ministro israelí, está luchando por su vida luego de horas de una intervención quirúrgica de emergencia, mientras sus aliados más cercanos comenzaron a asumir que su carrera política había acabado. Sharon está fuertemente sedado y conectado a un respirador luego de lo que fue calificado como un infarto cerebral masivo, el segundo en tres semanas, y una hemorragia cerebral masiva, y los últimos informes dijeron que el primer ministro sería mantenido en coma profundo por las próximas 48 horas.
La enfermedad de Sharon, aceptada por sus asesores privadamente como el fin de su presidencia del Consejo y de más de medio siglo de acción en el centro de la vida política y militar de Israel, deja el mayor vacío político en el país desde el asesinato de Yitzhak Rabin una década atrás. Insistiendo en el anonimato, uno de los más de 30 asesores cercanos a los que se permitió mantener vigilia junto al quirófano durante las dos sesiones de Sharon el miércoles por la noche y ayer por la mañana, admitió que el primer ministro nunca volvería al poder. “Ahora la pregunta clave es si los médicos podrán salvar su vida”, agregó.
El profesor Shlomo Mor Yosef, director del hospital Hadassa Ein Karem de Jerusalén, dijo a los periodistas: “El primer ministro sufre de baja presión intracraneal y está fuertemente sedado. Recibirá oxigenación por al menos las próximas 24 horas, y quizá por los próximos días”. Mor Yosef refutó además los rumores “que inundan el país” de que el primer ministro ya había muerto y buscó prevenir sugerencias de que Sharon, de 77 años, estaba en peor condición que lo que admitían los médicos. “Como director de Hadassa, estoy obligado a hacer público cada cambio en la condición del primer ministro”, dijo.
Los médicos se negaron a confirmar si Sharon sufrió daño cerebral irreversible. El asesor dijo que permanecería sedado por tres o cuatro días para permitir que su cerebro se recuperara de ocho horas de cirugía y añadió: “Nadie es capaz en este punto de hacer una evaluación de los daños, pero sabemos que hubo un daño bastante grande. Su extensión no será determinada hasta que se despierte, si es que puede despertarse”. Tampoco hubo confirmación acerca de informes difundidos de que uno de los factores que provocó la hemorragia cerebral que sufrió anteayer pudo haber sido la medicación anticoagulante que estuvo tomando desde su primer ataque tres semanas atrás. Ayer se le iba a realizar una intervención de rutina para cerrar el pequeño orificio en el corazón, que se pensaba contribuyó al primer infarto.
El profesor Mor Yosef dijo que Sharon salió de la operación con signos vitales, mostrando niveles “funcionales y estables”, y que un escaneo cerebral mostró que la hemorragia había cesado. Pero reconoció que su condición seguía siendo “seria”. Entre saturación coberturas de la enfermedad del primer ministro, el diario israelí de mayor circulación, Yedhiot Ahronot, proclamó en un titular “La batalla final”.
Los dos rabinos israelíes más importantes, que representan a las comunidades ashkenazi y sefaradí, pidieron a la población que recitara cinco salmos, y mensajes de buena voluntad llegaron al hospital Hadassa de parte de líderes internacionales y políticos israelíes de un amplio espectro de opinión. En una reunión de gabinete convocada por Ehud Olmert, su vice y ahora primer ministro interino, se dejó una silla vacía para el primer ministro ausente. Pero entre la difundida simpatía por Sharon, Israel también se encontró atrapado por especulación inmediata acerca del futuro político del país sin el hombre que ha dominado abrumadoramente su vida pública por los últimos cinco años.
Meir Shetreet, el ministro de Transporte y miembro relevante de Kadima, el partido de centro formado por Sharon para luchar en las elecciones del 28 de marzo, dijo que los miembros fundadores del nuevo partido se reunirán en las próximas 48 horas para decidir su liderazgo. Shetreet sugirió que el partido se alinearía detrás de Olmert como su nuevo líder. Además reconoció que la influencia personal de Sharon había sido “decisiva” para poner al partido en el primer lugar en los sondeos, pero dijo que creía que la gente lo seguiría apoyando si se adhería al legado de Sharon. Diplomáticos e importantes analistas israelíes sugirieron que el partido podía prevenir su implosión e incluso mantener gran parte de su apoyo si toma una rápida y clara decisión para designar un nuevo líder para derrotar al Laborismo de Amir Peretz y al Likud de Benjamin Netanyahu, el ex primer ministro.
Uri Dromi, del Instituto de Democracia de Israel y ex asesor de Yitzhak Rabin y Ehud Barak cuando eran primeros ministros, dijo que Olmert podría emerger como un potencial primer ministro efectivo en los tres meses que faltan para las elecciones, reforzando su puesto si es apoyado por Kadima. “Es muy capaz y muy astuto y puede tomar decisiones.” Olmert, un ex halcón del Likud, quien como alcalde de Jerusalén hizo mucho para proteger los polémicos asentamientos judíos en el árabe Jerusalén Oriental, es ahora el mayor “pacifista” de los aliados cercanos de Sharon y ha ido aún más allá insinuando una retirada de Cisjordania.
Dromi dijo que es menos probable que el electorado confíe en el apenas bosquejado programa de Kadima, particularmente en las relaciones con los palestinos, con un nuevo liderazgo que con el de Sharon. Pero dijo que Olmert sería capaz de llevar a cabo semejante programa. “Creo que puede decir ‘Muchachos, el sueño de un Israel más poderoso está muerto’ en un modo preciso en el que Sharon no quería hacerlo. Puede decir ‘Todos ustedes saben que no pueden quedarse con los territorios palestinos para siempre y seguir siendo un estado judío democrático’.” El profesor Yaron Ezrahi, un importante politólogo de la Universidad Judía, rechazó sugerencias de que Netanyahu sería capaz de convencer que la seguridad sería mayor bajo su presidencia del Consejo que bajo la de Sharon. Dijo que los israelíes lo considerarían “no confiable” con problemas como la violencia interna palestina o la amenaza nuclear de Irán. “Ante amenazas como ésta, la última persona que quieren que tome decisiones es Benjamin Netanyahu”, dijo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Virginia Scardamaglia.
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