Los cancilleres de Gran Bretaña, Francia y Alemania allanarán hoy el camino para que el caso de Irán sea llevado al Consejo de Seguridad de la ONU luego de que el primer ministro británico, Tony Blair, aumentara la presión para que Teherán sea castigado por escalar su programa nuclear. Funcionarios dijeron que los tres ministros, reunidos en Berlín, urgirán junto a Estados Unidos a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) a convocar una reunión de emergencia de la Junta de ese organismo, “en las próximas dos o tres semanas”, para discutir el envío del caso de Irán en el Consejo para posibles sanciones.

Los ministros también discutirán sobre si continuar un diálogo con el liderazgo de línea dura iraní a la luz de la decisión de Irán de remover los precintos de la ONU en una instalación nuclear sensible que podría ser utilizada para fabricar un arma nuclear. Un diplomático europeo declaró: “Cuando se nos ha cerrado la puerta en la cara no podemos mostrar debilidad”. Blair dijo ayer: “Creo que lo primero que hay que hacer es asegurar un acuerdo para llevar el caso al Consejo de Seguridad”. Al ser cuestionado acerca de posibles sanciones, Blair respondió: “Obviamente no descartamos ninguna medida. Es importante que Irán reconozca cuán seriamente lo trata la comunidad internacional”.

Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad y de la Junta de la AIEA, que se ha opuesto previamente a llevar el caso a la ONU, mostró ayer signos de que su paciencia se está agotando. El Ministerio del Exterior dijo luego de una conversación entre el ministro del Exterior, Sergei Lavrov, y la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, que ambos países comparten “una profunda decepción acerca de la decisión de Teherán de dejar atrás la moratoria en todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio”. Irán subió el tono de su disputa con Occidente el martes al remover los precintos en equipos relacionados con el enriquecimiento de uranio en Natanz, poniendo fin a una moratoria de dos años en ese lugar. El director de la AIEA, Mohamed El Baradei, mostró una gran preocupación ante la decisión de los iraníes de terminar la paralización mientras la vigilante ONU aún investiga la amplitud del programa nuclear iraní.

Gran Bretaña, Francia y Alemania acuerdan que la provocación de Irán debe responderse llevando el caso al Consejo de Seguridad. Sin embargo, a pesar de la difundida condena de la última provocación de Irán, los diplomáticos dicen que será complicado obtener un consenso de las 35 naciones de la Junta de la AIEA. La credibilidad de “los europeos” está en juego, al igual que “la del Reino Unido y Francia como potencias nucleares y miembros permanentes del Consejo de Seguridad”, dijo un diplomático. Otro diplomático británico afirmó que una “variedad de opciones” estarán sobre la mesa si la Junta de la AIEA decide llevar el caso de Irán al Consejo de Seguridad. Esto podría involucrar, en un primer momento, una posible prohibición a viajar para líderes iraníes y controles financieros. Si Irán aún se niega a cumplir con sus obligaciones y esclarecer su programa nuclear, habría presión en favor de sanciones económicas.

Estados Unidos y Gran Bretaña descartaron la acción militar para lidiar con el problema nuclear iraní, aunque también dijeron que esa opción “aún está sobre la mesa”. Israel, el único poder nuclear que se consideraría amenazado por una bomba nuclear iraní, también insiste en que prefiere una solución diplomática. Irán envió mensajes de línea dura desde la elección en junio pasado del presidente Mahmud Ahmadinejad, que ha llamado públicamente a que Israel sea “borrado del mapa”. El presidente quitó importancia a la protesta internacional, reafirmando la posición de que Irán comenzó la investigación nuclear con fines civiles.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Virginia Scardamaglia.