El proceso parece inexorable. Sólo es una cuestión de tiempo. El PJ bonaerense –o posduhaldismo– se está agrupando en torno de dos grupos enfrentados. Aquellos que no quieren integrarse a la oposición “no peronista” y que se imaginan formando parte del oficialismo –junto con la mayoría de los intendentes que ya se habían pasado al kirchnerismo–, y quienes están esperando fortalecerse para luego sumarse a nueva coalición opositora en gestación: la que integran Mauricio Macri y Jorge Sobisch. Por el primer grupo hablaron ayer el intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, y los legisladores provinciales Osvaldo Mércuri y Julián Domínguez, que hicieron circular un documento. Con una notoria sintonía, los tres llamaron a evitar los “proyectos individuales” y defendieron la continuidad de José María Díaz Bancalari en la presidencia del bloque.

En la última semana, dos hechos hicieron trascender el distanciamiento. Primero, Díaz Bancalari dijo que la mayoría del bloque posduhaldista “estaba cerca de votar” la reforma del Consejo de la Magistratura que impulsa el oficialismo. Luego, contestaron Juan José Alvarez, Eduardo Camaño, Jorge Sarghini y Francisco de Narváez, que se hicieron fotografiar en el restaurante El General –sitio emblemático para quien pretende exhibirse como un auténtico peronista– con aires conspirativos. Dijeron que encarnaban la conformación de una nueva línea –ya no el duhaldismo, aunque enaltecieron el rol de Eduardo Duhalde– y se diferenciaron de Díaz Bancalari porque está “demasiado cerca” del Gobierno.

Ayer, como si se hubieran puesto de acuerdo, se escucharon varias voces en respuesta a Alvarez, Camaño y compañía. El más explícito fue Curto, aunque su postura no sorprendió demasiado. Aunque siempre tuvo una relación cercana con Kirchner, en la campaña apoyó la candidatura de Chiche Duhalde. Sin embargo, nunca fue de los más entusiastas –más bien todo lo contrario– en la ruptura con el Presidente. “Es necesario conciliar la voluntad popular y el partido, de lo contrario el PJ bonaerense se convertirá en un partido minoritario, retrógrado y mezquino”, advirtió Curto. “Quienes ejercemos la conducción del PJ provincial no renegamos de nuestra historia, de nuestras convicciones ni de los compromisos que asumimos con nuestro electorado. Pero reconocemos una realidad política insoslayable, que se expresa en el liderazgo del presidente Néstor Kirchner”, dijo.

Desde la Legislatura bonaerense, Mércuri y Domínguez hicieron circular una carta pública. El contenido parecía calcado de las declaraciones de Curto. “El presidente Kirchner nos abrió la esperanza a los argentinos para un futuro mejor. Se hizo la mejor negociación de la deuda externa que el mundo de las finanzas tenga memoria: Argentina se ahorró 67 mil millones de dólares”, manifestaron en el comunicado. En la carta, Mércuri y Domínguez dijeron que los referentes “de las ocho secciones electorales” de la provincia de Buenos Aires adherían a su posición. El texto fue interpretado como una réplica al nuevo sector en el PJ bonaerense que lanzaron Camaño, Alvarez, Sarghini y De Narváez.

Con un tono mucho más prudente –no nombró a Kirchner ni instó a defenderlo–, también habló la diputada Graciela Camaño. “No tenemos necesidad de construir otro espacio. Tenemos que excluir cualquier tipo de proyecto individual que pueda debilitar las construcciones colectivas”, dijo. Luego defendió la continuidad de Díaz Bancalari en la jefatura del bloque: “Es el presidente y fue elegido por los 35 diputados”.

El gesto de desafío que Alvarez, Eduardo Camaño, Sarghini y De Narváez lanzaron esta semana causó bastante molestia en el entorno del jefe del bloque. Ayer, recordaban que Díaz Bancalari fue electo presidente del PJ bonaerense en diciembre de 2004 y que su mandato vence recién en 2008. “Son de la agrupación Juan Sin Tierra. Si hasta Luis Acuña (intendente de Hurlingham, distrito de Juan José Alvarez) está con nosotros. Nadie los apoya. Son más oposición que la oposición”, contestaba un allegado a Díaz Bancalari.