Un jefe militar de la Jihad Islámica murió ayer al estallar su coche en el centro de Gaza. El movimiento islamista culpó al ejército israelí, que negó su implicación. Además, un colono israelí fue muerto a tiros y otro, gravemente herido en dos ataques de milicianos palestinos en la Cisjordania ocupada, reforzando la tendencia que se observa desde hace un mes.

Las agresiones a cuchilladas y los lanzamientos de piedras y bombas incendiarias contra colonos judíos y militares se multiplican. Eldad Avir, de 48 años, casado y padre de dos hijos, trabajaba en una gasolinera próxima al pequeño asentamiento de Migdalim, al sudeste de Nablus, cuando milicianos palestinos dispararon contra él. Murió poco después. Un par de horas más tarde, alrededor del mediodía, tiradores dispararon desde un coche a un motociclista en una aldea próxima a Kalkilia. Resultó herido de gravedad y fue trasladado al hospital de Petah Tikva. Otro conductor llegó al poco tiempo a un control militar de la zona con balazos en su coche. Del primer ataque se responsabilizaron las Brigadas Al Quds, brazo armado de Jihad Islámica.

Del segundo, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, la milicia de Al Fatah. Los asaltos de ayer se conectan con la represión que el ejército israelí desató la semana pasada en el campo de refugiados de Balata, adyacente a Nablus. Murieron una decena de hombres y los soldados destrozaron la vivienda de una familia en la que se escondió un militante.