La política exterior peruana está por cambiar. El próximo canciller elegido por Alan García prometió mejorar las relaciones con Chile y con Venezuela, y reconoció que hay que revisar la política antidrogas que mantiene juntamente con Estados Unidos. “Durante el gobierno de (Alejandro) Toledo se maltrató gratuitamente la relación con Chile”, afirmó José Antonio García Belaunde. Según explicó, su gestión tendrá dos objetivos en su relación con La Moneda: lograr la incorporación de Santiago a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y cerrar el Tratado de Libre Comercio (TLC) que los dos países actualmente negocian.

La estrategia de este segundo gobierno aprista es, por un lado, revitalizar la CAN, al tiempo que se redefine la relación con Washington, que durante estos últimos seis años se basó en un alineamiento incontestable. La incorporación de Chile al bloque andino –muy debilitado con la salida de Venezuela– revitalizaría la economía regional, especialmente por su fructífera relación comercial con los países asiáticos. Con respecto a la relación con Estados Unidos, el diplomático adelantó que mantendrán un buen trato. “Es evidente, que compartiendo el mismo continente con la primera potencia mundial y económica, tenemos el mayor interés en una relación fluida”, afirmó.

Además explicó que intentarán conseguir la extensión del régimen de preferencias arancelarias que otorga Washington a los países andinos a cambio de su ayuda en la lucha contra el narcotráfico. En este campo, García Belaunde llamó a realizar una nueva cumbre antidrogas para redefinir las estrategias. En ella participarían los principales países productores, como Colombia, Perú y Bolivia, y los principales consumidores, Estados Unidos y la Unión Europea.

Para la región, el futuro canciller apuesta a diversificar y fortalecer los acuerdos que actualmente mantiene Perú. Impulsará acuerdos comerciales con los países que tienen acceso al Pacífico, como México, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica y Chile. Con Venezuela, en cambio, el objetivo será más bien político. Después del duro enfrentamiento público entre Hugo Chávez y Alan García durante la campaña peruana, las relaciones bilaterales quedaron congeladas –según Chávez, fueron puestas “en el fondo del congelador”–.

García Belaunde es un diplomático de carrera, especializado en procesos de integración –hasta hace sólo unos días era asesor en la CAN–. Sin embargo, su vida política en los últimos tres gobiernos fue nula. Su cercanía con el presidente electo García lo convirtió en un diplomático “peligroso” tanto para el ex presidente Alberto Fujimori como para Toledo. Todo indica que habrá un cambio en la política exterior peruana. Seguramente, no será drástico ni cambiará la geopolítica de la región de un día para el otro. Sin embargo, los antecedentes del futuro canciller peruano hacen suponer que Lima se volverá a interesar en la integración sudamericana.