Jueves, 26 de abril de 2007 | Hoy
Ecuador lanza un plan contra la llegada masiva de colombianos desplazados por la campaña antidroga. Correa promete a los desplazados del país vecinos un estatus de refugiado y cuenta con el apoyo del programa de refugiados de las Naciones Unidas.
Por Daniela Cramer *
Desde Quito
De la misma manera que el gobierno colombiano del conservador Alvaro Uribe goza de la ayuda de EE.UU. para combatir el tráfico de droga en lo que se conoce como Plan Colombia, el presidente izquierdista de Ecuador, Rafael Correa, anunció ayer la ayuda de Corea, Canadá y Naciones Unidas para lanzar el Plan Ecuador, destinado a combatir los efectos económicos de la llegada a Ecuador de miles de colombianos que tratan de huir de la violencia.
Correa cuenta con el respaldo implícito de la oficina de la ONU para los refugiados (Acnur), que ha aplaudido la generosidad de Ecuador con la población perjudicada por la violencia en el vecino país. Según este organismo, Ecuador acoge al mayor número de refugiados colombianos en el continente, con cerca de 14.000 registrados y otros 5000 a la espera de asilo. Además, estima que el número total de colombianos con necesidad de protección internacional podría ser de hasta 250.000. El gobierno ha descartado que el Plan Ecuador sea una respuesta militar a la campaña antidrogas de Colombia, aunque ha anunciado que las Fuerzas Armadas reforzarán su presencia en la frontera. Para Ecuador, resulta preocupante el aumento vertiginoso de los refugiados colombianos que, día a día, se instalan ilegalmente en su territorio. Actualmente, Ecuador es el país latinoamericano que recibe el mayor número de inmigrantes en relación a sus 13,5 millones de habitantes.
Correa no ha revelado el costo del Plan Ecuador, aunque fuentes del Gobierno estiman que en los próximos años se invertirán 270 millones de dólares, procedentes de Ecuador y de la ayuda internacional. En dicho proyecto se beneficiarán 660.000 pobladores de las cinco provincias de la franja norte del país. El Plan Ecuador será lanzado oficialmente como una “respuesta de paz, justicia y desarrollo” a la acción de Colombia, que es “militarista y violenta”, señaló el presidente Rafael Correa durante los preparativos del acto que se llevará a cabo con la presencia de varios embajadores, según fuentes oficiales. Correa echará a rodar la estrategia en un momento crítico para el gobierno de su colega Alvaro Uribe, acosado por denuncias sobre supuestos nexos con paramilitares que han dañado la imagen de Bogotá entre los demócratas estadounidenses.
A la par con la tensión interna, Uribe sortea la negativa del Congreso estadounidense a desembolsar 55 millones de dólares para el Plan Colombia hasta tanto responda inquietudes sobre derechos humanos. La campaña ecuatoriana retumbará igualmente en las relaciones entre Colombia y Ecuador, deterioradas desde diciembre, cuando Quito retiró a su embajador molesto por las aspersiones antidrogas en la frontera y tras una serie de reclamos diplomáticos por incursiones colombianas. ‘Lo que esperaba el mundo y Colombia era una reacción virulenta de Ecuador, cerrar la frontera, pedir visa a los colombianos, pero por el contrario ese Plan Ecuador lo que va a buscar es regularizar a los colombianos; que los desplazados por el conflicto tengan el estatus de refugiados’, manifestó.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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