Viernes, 26 de octubre de 2007 | Hoy
EL MUNDO › DEJO AFUERA DEL SISTEMA FINANCIERO A VEINTE EMPRESAS DE ESE PAIS
Después de meses de infructuosos intentos para lograr un consenso para sanciones multilaterales, EE.UU. actuó solo con un duro programa contra firmas vinculadas a la Guardia Revolucionaria, declarada organización terrorista. Enojo en Moscú y silencio en Europa.
Por Leonard Doyle *
Desde Washington
La administración Bush dio un paso adelante hacia un conflicto militar con Irán, imponiendo medidas punitivas a su Guardia Revolucionaria y llamando a la unidad de elite Quds una organización terrorista. Vladimir Putin inmediatamente dijo que las nuevas sanciones de Estados Unidos eran el trabajo de un “insano con una navaja en su mano”. El presidente ruso dijo: “¿Por qué empeorar la situación al amenazar con sanciones y llevar las cosas a un callejón sin salida?” El jefe de la Guardia, general Mohammad Ali Jafari, dijo: “Hoy el enemigo ha concentrado sus ataques sobre los guardias. Como siempre, y más que nunca, el cuerpo está listo para defender los ideales de la revolución”.
Las sanciones son las medidas más duras contra Teherán desde la toma de la embajada de Estados Unidos en 1979, bajo la presidencia de Jimmy Carter. Nunca antes en su historia Estados Unidos tomó semejantes medidas contra las fuerzas armadas de un gobierno independiente. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, anunció las nuevas medidas, diciendo que eran para “confrontar la conducta amenazadora de los iraníes”. Estados Unidos se vio obligado a actuar solo, con Gran Bretaña ofreciendo apoyo retórico para acciones unilaterales fuera del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Un plan para aumentar gradualmente las sanciones de la ONU está zozobrando por la oposición de Rusia y China.
La Unión Europea sigue muy dividida con Alemania oponiéndose a más sanciones en esta etapa. Tiene enormes intereses económicas en Irán con el que realizó exportaciones por valor de 5700 millones de dólares el año pasado. Existe una gran crítica también en Estados Unidos. El comentarista sobre asuntos exteriores, Anthony Cordesman, dijo: “La administración Bush ya le hizo un daño inmenso a la credibilidad de Estados Unidos en toda la región y en gran parte del mundo. La administración es vista como amenazando con arrastrar al golfo a otra guerra –esta vez con Irán–, sin consultar y sin explicar, e indiferente a las opiniones de sus amigos y aliados”.
La administración Bush está haciendo su mayor apuesta para tildar a Irán de régimen malvado en pie de guerra, causando problemas en Irak, el Líbano, Afganistán así como en los territorios palestinos con una burocracia controlada militarmente que está difundiendo el terrorismo y adquiriendo armas de destrucción masiva. Pero los críticos dicen que una vez más está distorsionando los hechos mientras prepara a Estados Unidos y a la opinión pública internacional para atacar militarmente a Irán, ya sea con fuerzas estadounidenses o por Israel.
Washington justificó las nuevas sanciones al acusar a la división de elite Quds de los guardias revolucionarios de la devastadora campaña de bombas a los lados de los caminos por las milicias chiítas contra sus tropas en Irak. Los intentos de declarar a toda la Guardia Revolucionaria, una rama de las fuerzas de defensa iraníes, una organización terrorista extranjera, fueron pospuestos debido a la oposición europea. Pero la administración acusa a la Guardia de estar en el centro de la propuesta de la compra de armas de destrucción masiva.
Rice dice que mientras Washington está todavía abierto a una solución diplomática, “lamentablemente el gobierno iraní sigue con su rechazo a nuestra oferta de abrir negociaciones y en cambio amenaza la paz y la seguridad al continuar con las tecnologías nucleares que pueden conducir a las armas nucleares, y a desarrollar peligrosos misiles balísticos, apoyando a los militantes chiítas en Irak y terroristas en Irak, Afganistán, el Líbano y los territorios palestinos y negando la existencia de un miembro de las Naciones Unidas, al amenazar con borrar a Israel del mapa”. Las sanciones pueden representar un último intento por parte de la administración de detener el impulso de Irán de desarrollar energía nuclear y la habilidad de crear armas y de reflejar la creciente frustración ante el fracaso del Consejo de Seguridad de la ONU para controlar a Irán.
Las nuevas sanciones de Estados Unidos afectan a los bancos iraníes, las empresas, agencias gubernamentales y oficiales que la Casa Blanca dice que son parte del impulso del país por adquirir armas de destrucción masiva o apoyar actos de terrorismo en el exterior. Las sanciones están dirigidas específicamente a las finanzas de los guardias revolucionarios y a ocho empresas afiliadas. También nombra a cinco oficiales de la Guardia Revolucionaria así como a las fuerzas Quds. Washington dice que esta unidad de elite de los guardias apoya al talibán y está tratando ilegalmente de adquirir armas de destrucción masiva y tecnología misilística. Estados Unidos también atacó al Ministerio de Defensa de Irán y a dos bancos manejados por el gobierno.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhére.
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