El gobierno boliviano consiguió una victoria que le permitiría reactivar la Asamblea Constituyente. Según anunció ayer el ministro de la presidente Juan Ramón Quintana, el oficialismo y parte de la oposición acordaron cambiar la sede de la Asamblea de la convulsionada Sucre a, probablemente, la ciudad de Oruro. El funcionario explicó que se llegó a esta decisión después que el Comité Cívico de Sucre y los sectores más duros de la oposición rechazaran su última oferta para destrabar el tema de la capital nacional. “Estas propuestas han sido rechazadas y tememos que una parte de la población de Sucre no estaría dispuesta a aceptar el reinicio de las sesiones de la Asamblea Constituyente”, señaló. La presidenta de la Asamblea, Silvia Lazarte, viajaba anoche a Oruro para analizar si la ciudad cumple con los requisitos básicos para albergar a los constituyentes.

La última oferta que había hecho el gobierno era crear un nuevo Poder Nacional, el Electoral, e instalarlo en Sucre. De esa manera, la ciudad sería sede de dos poderes, el Judicial y el Electoral, mientras que La Paz conservaría el Ejecutivo y el Legislativo. Sin embargo, el Comité de Sucre sigue demandando la capitalidad plena, es decir los tres poderes, y prometió radicalizar sus demandas. Una de las nuevas reivindicaciones que han comenzado a ganar fuerza en este nuevo bastión opositor es la autonomía departamental, algo que cuando comenzó la Constituyente ni se discutía.

Ante la nueva negativa de Sucre, el gobierno decidió impulsar el cambio de sede de la Asamblea, que dos meses atrás tuvo que suspenderse no sólo por la falta de acuerdos políticos, sino porque la situación en las calles de Sucre se estaba volviendo insostenible. Según Quintana, el acuerdo de ayer lo consiguió el llamado Consejo Político, una asamblea compuesta por dirigentes del oficialista Movimiento al Socialismo y los sectores moderados de la oposición. “Conseguimos grandes acuerdos que permitieron consensuar el 85 por ciento de la agenda de temas que tenía la trabada Constituyente”, afirmó el funcionario. Quintana incluso aseguró que no habrá problemas para redactar la nueva constitución dentro de los plazos establecidos. Después de casi un año de debate, los asambleístas no han conseguido escribir ni un artículo y el texto debe estar terminado para el próximo 14 de diciembre.

Aunque no lo dijo, dentro del 15 por ciento restante se encuentra la cuestión de la capital nacional y las autonomías departamentales. El gobierno espera que estos temas sean dirimidos finalmente en el referéndum popular, por el cual se ratificará la nueva Carta Magna. Sin embargo, la bancada opositora –moderados y más radicales– ya prometió utilizar su fuerza dentro de la Asamblea, ya que en las últimas elecciones el oficialismo demostró su amplia mayoría en las urnas.

El acuerdo de ayer no incluye al partido Podemos, del ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, quien aunque aceptó sentarse a negociar en las últimas semanas con el gobierno, terminó alineándose con la oposición más dura de Santa Cruz. “Podemos es el núcleo de intereses mezquinos del viejo sistema y de alguna región; aparece como una fuerza que sólo bloquea y seguramente no va a asistir en caso de que se traslade la Constituyente”, pronosticó Quintana.

El anuncio oficial se haría recién el lunes, por lo que todavía no se sabe qué es lo que hará la oposición. De trasladarse a Oruro, o a la ciudad que se elija, la Constituyente volverá a quedar dividida en dos grupos, uno mayoritario del oficialismo y sus aliados, y otro de la oposición. Dependerá de las deserciones que se vean la semana que viene, si los detractores del gobierno de Morales podrán mantener un número suficiente de constituyentes para boicotear el quórum.