Fidel Castro volvió a hablar de la transición en Cuba y aseguró que ya no se aferra al poder. “Mi deber elemental no es aferrarme a cargos, ni mucho menos obstruir el paso a personas más jóvenes”, aseguró el mandatario cubano en una carta que se leyó ayer, durante la última sesión del Congreso cubano. Por primera vez, el veterano dirigente reconoció que hubo un tiempo en el que le obsesionó el poder. “Era una etapa en que creía conocer lo que debía hacerse y deseaba poder hacerlo. ¿Qué me hizo cambiar? La propia vida, a medida que profundizaba en el pensamiento de (José) Martí y de los clásicos del socialismo”, explicó.

Las declaraciones de Castro llegan en medio de un clima de incertidumbre sobre su posible candidatura presidencial. A pesar de su difícil recuperación y de haber estado más de 17 meses alejado de la dirección del país, Fidel sigue siendo la opción número una para el Partido Comunista Cubano. Raúl, su hermano y actual presidente interino, dijo apenas hace unos días que estaba en condiciones para volver a conducir la isla. “Está en pleno uso de las facultades mentales, aunque todavía tiene algunas pequeñas limitaciones físicas”, había señalado el presidente interino. “No lo abrumamos con problemitas, pero le consultamos todas las cuestiones principales”, había agregado.

Con todo el apoyo del aparato partidario, presentó la candidatura de Fidel a diputado, un paso previo a la nominación a la Presidencia. Ayer volvió a dejar en claro el apoyo a su hermano. “Es necesario seguir marchando sin detenerse un minuto. Levantaré mi mano junto a la de ustedes para apoyar a Fidel”, aseguró en su discurso ante la Cámara de Diputados.

La carta de Castro de ayer aumenta los rumores de un posible recambio generacional, aunque no termina de descartar su reelección. En la misiva, el veterano dirigente cubano se cuidó de no mencionar el proceso electoral que ya está en marcha ni la propuesta de su hermano para volver a candidatearlo. Sin embargo, dejó entrever que no estaría en contra de la nominación. “Leí el discurso breve y concreto elaborado por Raúl para hoy (viernes). Es necesario seguir marchando sin detenerse un minuto. Levantaré mi mano junto a la de ustedes para apoyarlo”, decía la carta.

El discurso de Raúl estuvo centrado en los nuevos desafíos del gobierno post Fidel. Reconoció que con la salida de la escena pública de Fidel en julio del año pasado aparecieron “nuevos problemas”, que están atacando de forma gradual. El ministro de Economía, José Luis Rodríguez, dio un discurso similar desde su área. Explicó que el país no logró crecer al 10 por ciento previsto, aunque registraron un incremento del 7,5 por ciento del PBI. Las principales causas, según el gobierno, fueron los desastres naturales, que afectaron la agricultura y gran parte de la infraestructura de la isla, y el retraso sistemático de algunos bienes de consumo. En este punto, Raúl no dejó de destacar la “acentuación de la presión estadounidense” sobre la economía cubana.