Miércoles, 5 de marzo de 2008 | Hoy
EL PAíS › EL JEFE DE LA CGT CELEBRó SUS VEINTE AñOS AL FRENTE DE LOS CAMIONEROS CON LOS KIRCHNER
El líder de los camioneros festejó sus dos décadas en la conducción de ese gremio junto a Cristina y Néstor Kirchner. Aprovechó para ratificar su alineamiento con el Gobierno. La Presidenta planteó una “alianza entre capital y trabajo”.
Por Miguel Jorquera
Hugo Moyano tuvo la fiesta que soñó para celebrar sus veinte años al frente del gremio de los camioneros: un estadio de fútbol lleno con gente que coreaba su nombre y las presencias de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, del ex presidente Néstor Kirchner, gobernadores, secretarios de Estado, funcionarios, intendentes y sus más fieles seguidores en la conducción cegetista. Moyano brindó un fuerte respaldo al Gobierno, auguró que Fernández de Kirchner hará realidad el país que “soñaron Juan y Eva Perón” y hasta homenajeó con una zamba al “futuro presidente del PJ”. A su turno, CFK pidió a los empresarios que “entiendan que hay que mejorar la distribución del ingreso” y a los trabajadores que “hagan su aporte para defender la inversión, el crecimiento y la producción”, para luego alentar una “alianza entre capital y trabajo” que dé sustentabilidad al modelo económico. La Presidenta también utilizó la tribuna que levantaron los camioneros en la cancha de Deportivo Español para bregar por la “paz en la región” y reclamar la liberación de Ingrid Betancourt y del resto de los rehenes en manos de la guerrilla colombiana de las FARC (ver aparte).
“Tengo que hacer una confesión: estoy bastante nervioso”, dijo Moyano al tomar el micrófono como primer orador en su propio homenaje. En ese momento, se desató una fuerte llovizna que amenazó con aguar la fiesta. El líder de la CGT agradeció a todos su presencia. En el centro de la mesa que presidía el acto se ubicó Cristina Fernández. A su izquierda estaban su marido; el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; y el gobernador riojano, Luis Beber Herrera. A su derecha, el propio Moyano, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y el ministro de Planificación, Julio De Vido.
En una segunda fila se ubicaron los funcionarios con rango de secretarios de Estado: Oscar Parrilli (Secretaría General de la Presidencia), Guillermo Moreno (Comercio) y Hugo Jaime (Transporte). Detrás de ellos, algunos intendentes del conurbano y fieles dirigentes gremiales que responden a Moyano.
El camionero enumeró los logros de su sindicato en turismo, sanatorios propios, campings recreativos y la poderosa estructura sindical, pero rápidamente trocó a lo político. “Nuestro orgullo y satisfacción es poder exhibir una coherencia permanente en nuestra vida gremial y política”, gritó desde el escenario, ornamentado con toda la iconografía peronista. Luego recordó cuando “los trabajadores ganaban las calles para pelear contra el modelo neoliberal de los ’90 y contra las leyes que pretendían perjudicar a los trabajadores” y denunció los sobornos “que existieron sin ninguna duda, en la ley Banelco” en los tiempos de Fernando de la Rúa.
Moyano aprovechó la referencia: para alabar la actitud que entonces tuvo la ahora Presidenta. “La compañera Cristina Fernández de Kirchner siempre nos atendió y nos dijo: ‘Yo jamás voy a votar una ley en contra de los trabajadores’, y jamás lo hizo compañeros”, evocó.
El pope cegetista también elogió a Kirchner, a quien quiere acompañar en la futura conducción del PJ. Lo describió como “un sureño que conocíamos a la distancia, que sin ninguna duda asume la conducción del país con un proyecto para recuperar la iniciativa nacional, poner la economía al servicio del pueblo e instalar la justicia social”.
“Todavía falta mucho por hacer”, señaló Moyano, aunque afirmó que se “está recuperando el nivel histórico de los salarios” y se encolumnó detrás del Gobierno: “Perón nos decía que cuando la patria está en peligro, ningún argentino puede rehuir la lucha. Y no-sotros le decimos compañera Presidenta, que estamos en momentos de definiciones para decidir qué es lo que queremos los argentinos: o seguimos con un proyecto nacional y popular o vuelven los que nos llevaron al desastre en la década del ’90”.
La Presidenta se sintió cómoda frente a un auditorio formado por miles de trabajadores y se notó. Hizo gala de su oratoria, en la que mezcló párrafos enérgicos con otros reflexivos para explicar la necesidad de sostener “una alianza entre capital y trabajo” que “dé sustentabilidad” al modelo económico, que impulsa su gobierno.
“Todos los que hoy estamos aquí sentados como dirigentes sindicales o políticos vivimos aquellos años ’70. Tal vez en lugares diferentes, pero ninguno de nosotros fuimos comentaristas o analistas. Eramos militantes políticos que participábamos activamente de la vida del país y vimos cómo el país se desmoronó”, dijo Cristina.
Luego explicó que “desde ese aprendizaje histórico de trabajadores y dirigentes políticos advertimos que cada vez que se tensiona de una manera a la sociedad, que cada vez que no podemos articular adecuadamente los intereses entre el capital y el trabajo, finalmente los que siempre especulan y quieren la riqueza de unos pocos y la miseria de muchos son los que terminan ganando. Eso pasó en 1976, cuando se instaló un proyecto de decadencia, atraso y genocidio para el país”.
Un prólogo que le dio pie para ponerle límites a los tironeos económicos que desataron las paritarias. “Con seriedad, responsabilidad, racionalidad, esta economía necesita todos los días del aporte de todos: de los empresarios, que tienen que entender que debemos mejorar la distribución del ingreso, y de los trabajadores también, que saben que tenemos que aportar para mantener la inversión, el crecimiento y la producción”, insistió CFK.
Finalmente, le agradeció “a los compañeros de la CGT, a Hugo Moyano, este magnífico acto que revela el grado de organización y de participación de los trabajadores”. Se la veía contenta. A Moyano, exultante.
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