Los hombres y mujeres que negocian en nombre de Manuel Zelaya y Roberto Micheletti tienen prontuarios bien distintos. Por Zelaya participan su ministro del Interior, Víctor Meza; de Trabajo, Mayra Mejía, y el líder sindical Juan Barahona. Como académico, Meza realizó varios estudios acerca de los intereses económicos de la oligarquía hondureña; Barahona, en tanto líder sindical, fue torturado por los militares en los años ‘80, y Mejía, si bien proveniente de una familia típica, es asociada con sectores de la izquierda universitaria. “Tres ñángaras” (izquierdistas), los definió Micheletti. Por el dictador, el trío lo componen el empresario millonario Arturo Corrales, líder indiscutido del Partido Demócrata Cristiano; Vilma Morales, militante nacionalista y ex integrante de la Corte Suprema –recordada por una huelga de hambre de empleados judiciales en protesta por sus actos de corrupción–, y Armando Aguilar, abogado exitoso y ministro de Justicia durante el gobierno del liberal Carlos Roberto Reina (1994-1998), un personaje “opaco”, según miembros de la resistencia.