El presidente de Chile, Sebastián Piñera, decidió no renovar el estado de excepción decretado en las regiones de Maule y Bío Bío tras el terremoto y el tsunami del 27 de febrero, pero mantuvo la presencia de las fuerzas militares en la zona de catástrofe. Al mismo tiempo, el gobierno chileno comunicó la decisión de disponer un gasto adicional de 700 millones de dólares para enfrentar las tareas más urgentes de la reconstrucción derivadas del terremoto y maremoto. “Vamos a mantener la presencia de nuestras Fuerzas Armadas en las calles para que sigan colaborando en ayuda humanitaria y, en segundo lugar, para que se comprometan por un tiempo con la gran tarea de la reconstrucción”, aseveró el mandatario. El jefe de Estado, además, informó que la gestión de la asistencia a las víctimas y de normalización de servicios e infraestructura entra en la etapa “emergencia otoño-invierno”.

En la nueva fase de la emergencia, Piñera dijo que el gobierno se preocupará en especial por dar techo a las familias, para lo cual dispone de más 40.000 viviendas de emergencia, 30.000 tiendas de campaña y numerosos albergues. El empresario-mandatario que asumió hace poco más de 15 días agregó que las clases se iniciarán a más tardar el 26 de abril en las localidades más perjudicadas por la catástrofe y que en materia de salud la emergencia se enfrentó con hospitales de campaña, recintos modulares y la reasignación de pacientes.