El candidato progresista Ollanta Humala (foto), que encabeza las encuestas para el ballottage del 5 de junio, se pronunció a favor del aborto terapéutico. Ese tipo de interrupción del embarazo –cuando está en peligro la vida de la madre– es legal en Perú desde hace muchos años, pero no se ha elaborado un protocolo que lo norme, por lo que en los hechos no se puede practicar legalmente. La declaración de Humala revela su intención de promover desde el gobierno la redacción y aprobación de un protocolo para hacer posible que la ley vigente que legaliza el aborto terapéutico pueda aplicarse.

El aborto es un tema especialmente sensible en el país. Humala, que se ha definido como miembro de “un hogar católico” y como un “defensor de la vida”, no ha ido tan lejos como para pedir la legalización del aborto y se ha limitado a pronunciarse a favor del aborto terapéutico, que formalmente ya está legalizado en el país. Sin embargo, eso no lo libra de la reacción en contra que esto pueda desencadenar en los sectores más conservadores, encabezados por la Iglesia Católica. El arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, miembro del ultraderechista Opus Dei y simpatizante fujimorista, suele utilizar el púlpito para llamar a los fieles católicos a no votar por cualquier candidato que esté a favor del aborto, incluido el terapéutico. El candidato de la izquierda ha lamentado que cuando se habla del aborto “nunca se incluye lo que dice la mujer”, y se pronunció a favor de darles a todas las mujeres la información necesaria que les evite llegar “a una solución desesperada”. En ese sentido, se declaró partidario de promover la educación sexual en las escuelas y de facilitar el acceso de todas las mujeres a los métodos anticonceptivos. En la otra orilla, el candidato a vicepresidente de Keiko Fujimori, el ex congresista Rafael Rey, un ultraconservador ligado al Opus Dei, rechaza no solamente cualquier forma de aborto, incluido el terapéutico, sino también la educación sexual a los escolares y el uso de métodos anticonceptivos.