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El canciller Héctor Timerman habló con esta enviada sobre la reunión del bloque regional y los cacerolazos.

–¿Cree que se pudo evitar un golpe de Estado en Venezuela?

–Lo que se logró en la reunión de la Unasur va mucho más allá de Venezuela. Es un mensaje muy claro de que países de distintos pensamientos políticos trabajan juntos para consolidar sistemas democráticos más allá de quiénes ganen las elecciones. No solamente se defendió a Venezuela, sino que se dijo: “No vamos a permitir que un proceso electoral limpio, que fue avalado por todos nosotros, sea eliminado por acciones de violencia y desestabilización cometidas luego de conocerse el resultado”. Todos habíamos reconocido a Maduro, fuimos a expresar la voluntad de no permitir la alteración de las reglas de la democracia. La declaración dice que la Unasur va a crear una comisión, basada en la de Pando (N. de la R.: la masacre de Pando, Bolivia) para acompañar la investigación sobre qué pasó y quiénes son los responsables de los actos de violencia.

–De cara a la relación bilateral, ¿qué expectativa tiene Argentina?

–La mejor. Tenemos muy buena relación y vamos a seguir teniendo un muy buen vínculo con Nicolás Maduro y con el pueblo venezolano. Lo conocemos a Maduro desde hace muchos años, fue una persona muy allegada a Hugo Chávez y, aparte, en su condición de vicepresidente lo reemplazó muchas veces, así que para nosotros se da un diálogo natural. Lo esperamos pronto en Buenos Aires. Nos parece importante que con lo de Venezuela se haya marcado un límite, así como se marcó con Ecuador (el intento de golpe del 30 de septiembre de 2010).

–Y Paraguay, tras la destitución de Fernando Lugo.

–Sí, aunque con distintos resultados. Mañana pensamos que va a haber elecciones limpias. La Unasur fue aceptada en Paraguay por el Consejo Electoral pero no por el gobierno de Federico Franco.

–El jueves se vieron cacerolazos en Caracas y en Buenos Aires, ¿qué reflexión hace el gobierno?

–Yo soy de los que creen en los proyectos políticos, y me parece que era una marcha en la que no había una unidad de criterios y pensamiento. Uno se pregunta qué hubiera pasado si Capriles ganaba, quién hubiera gobernado Venezuela. La gente votó más que nada en contra de Chávez. Por eso ningún político argentino puede decir “yo organicé” o “ésta es mi gente”, no es gente de nadie, era gente antisistema. Es el derecho a manifestarse. Sí quiero recordar que hubo dos cacerolazos durante el gobierno radical y 37 muertos. Cristina lleva varios cacerolazos sin ningún incidente. Los radicales que fueron a la marcha ayer (por el jueves) tendrían que pensar que la reacción suya fue matar gente y que en los años que gobernamos nosotros se avanzó mucho en el derecho de la gente a protestar en paz.