Desde Santiago

En su calidad de ex presidenta, y socialista, la nuevamente candidata presidencial Michelle Bachelet cerró el seminario “Salvador Allende: república, democracia y socialismo”, organizado por el PS el sábado en Santiago. La carta presidencial de la Nueva Mayoría sostuvo en su discurso que “Chile es un país que no tiene miedo de contemplarse sinceramente. La amnesia y la negación no curan las heridas... Un país que niega su pasado y que barre bajo la alfombra su propia historia es un país que se arriesga a tropezar una y otra vez con sus mismos errores”.

Su análisis llega justo en una semana en que los perdones y disculpas por la actuación antes y después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 han planeado por el país. Bachelet dijo que en Chile existe “un nuevo orden político y social, que cuarenta años después –y los sueños vuelven a latir con fuerza– marchan los estudiantes por la educación, hablan las comunidades en Freirina, en Calama, en Magallanes, en nombre de su desarrollo y su gente. Cuarenta años después, reconocemos ese mismo impulso histórico, una fuerza que pone el sueño de una mayor igualdad en el centro del proyecto que tenemos como sociedad”.

En esa línea, agregó que “las instituciones debemos cuidarlas juntos. Hoy sabemos que un adversario no puede ni debe ser jamás un enemigo. Hoy sabemos que la vida y la libertad de todos son infinitamente más valiosas que cualquier posición política. Hoy sabemos que los liderazgos verdaderos no son otros que los capaces de dar cauce a la demanda de un país que sabe claramente lo que quiere”.

Antes de esa intervención, la senadora Isabel Allende, hija de Salvador Allende, dijo: “Michelle, futura presidenta, permítame decirle que usted es una genuina continuadora del legado de mi padre... porque entiende que la historia la hacemos todos, que Chile es de todos. Porque a pesar del tiempo, comparte los mismos valores de igualdad y justicia social”, aseveró. También resaltó que “se requiere una mayoría organizada, leal, coherente y soñadora”, y argumentó que quienes participan de la instancia lo hacen “con la conciencia limpia de no haber avalado las conductas más oscuras... son otros los que esconden sus caras... nosotros nos reunimos con la frente en alto, porque estuvimos del lado doloroso. Salvador Allende no sólo dignifica nuestro pasado, sino que continua iluminando nuestra historia”.