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Marga llegó a la capital española desde Murcia y aseguró que se trata de un momento importante para España. Tiene 35 años y hasta hace unos meses se consideraba “hija de la Transición”, que si bien no vivió, sus padres se encargaron de insuflarle ese espíritu. “Sé que algún día le diré a mi hija que yo estuve en esa marcha, que hice 800 kilómetros para estar ahí y que lo hice por ella”, afirmó Marga en declaraciones al portal español Público. Por su parte, Carmela, de 60 años, afirmó que hace 33 años su marido abrió una botella de vino tras conocer los resultados de las elecciones de 1982, que colocaron a Felipe González del socialismo español como presidente. “Habíamos cambiado España”, recordó. “No votaré nunca más al PP y ni al PSOE”, sentenció Carmela.

Por otro lado, Octavio, de 54 años y profesor de secundaria, decidió venir a la manifestación después de que sus alumnos de Historia le compararan el Pacto de San Sebastián, que sentó las bases de la segunda república, con la manifestación de ayer. “Sé que exageran, pero también te digo que los acontecimientos se transforman por cómo los recuerda la gente, y si la generación de mis alumnos quiere construir de este día un momento histórico, no tengo duda de que lo harán”, explicó el profesor.

Encarnación llegó desde Extremadura y se emocionó al valorar la manifestación. “Sí, sí. Siento que es el momento más determinante de la historia de España que yo he vivido”, afirmó la testigo consultada por un periodista del medio español Público. “Me siento... Me siento. No sé. Como un niño en un desfile de los Reyes Magos. Siento el frío, pero me dan arrebatos de calor. Estoy calmada, pero me imagino locuras... ¡como que el gobierno dimite al ver a tanta gente en la calle! En fin, no sé, me siento orgullosa. ¡Eso es! ¡Orgullosa de mi gente que está aquí en las calles diciendo que somos nosotros los que mandamos!”, sentenció Encarnación.. Fernando, de 44 años, llegó desde la vecina localidad de Guadalajara. “Estamos muy ilusionados porque se nos ha sumado gente que no participa en los círculos y, también, personas de otros partidos”, manifestó al diario español El País.

Por otro lado, Manuel prefirió quedarse a un costado de la manifestación fumando un cigarrillo para evitar quedar atrapado entre la multitud. “Vine porque mi compañero de piso me dijo que me arrepentiría de no estar aquí dentro de unos años. No sé si será para tanto. Pero yo ya puedo decir que estuve aquí y me fumé uno a su salud”, dijo Manuel a Público.