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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, logró ayer una importante victoria parlamentaria, al aprobar el Senado la designación del jurista Luiz Fachin (foto) para integrar el Supremo Tribunal Federal (STF).

Fachin necesitaba el voto de al menos 41 senadores para llenar un lugar como ministro del Supremo. El gobierno federal tomó medidas y movilizó a aliados para asistir a la votación y garantizar el número mínimo de votos para Fachin. De los 81 senadores, 79 se encontraban en el recinto durante la votación, con la excepción de Roberto Requiao (PMDB-PR) y Zezé Perrella (PDT-MG).

El nombramiento de Fachin generó polémicas y resistencias en el mismo seno de la base oficialista, incluso por parte del propio presidente de la Cámara alta, Renan Calheiros. Sin embargo, la designación del nuevo magistrado de la Corte Suprema fue aprobada por amplio margen –52 votos favorables y 27 en contra– en la votación realizada en la noche de ayer a puertas cerradas. Detrás de las escenas, muchos del PMDB admitieron haber votado a favor de Fachin, ya que no consideraban justo las represalias contra la presidencia por un nombre que tenía el apoyo del entorno jurídico de la Corte.

Fachin, de 58 años, es un abogado experto en Derecho Civil y se desempeñaba hasta ahora como profesor de Derecho de la Universidad Federal del Estado de Paraná. El jurista no es afiliado a ninguna agrupación política, pero mantiene vínculos estrechos con el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y en 2010 difundió un video en las redes sociales pidiendo votos para Rousseff, entonces candidata a la presidencia. Fachin ocupará en el STF la vacante que quedó libre el año pasado tras la renuncia del ex presidente de la Corte Suprema Joaquim Barbosa.

El presidente del Senado, Renan Calheiros (PMDB-AL), trabajó entre bastidores contra la elección del abogado. Como la votación es secreta, el grupo contrario a Fachin quería dar un mensaje al Senado derrotando las indicaciones de la presidenta Rousseff para el STF. En el enfrentamiento con Renan, Dilma terminó venciendo.

La victoria legislativa de Rousseff, sin embargo, no fue completa: en la misma sesión, la Cámara alta rechazó la designación del diplomático Guilherme Patriota como representante del país sudamericano ante la Organización de Estados Americanos (OEA). La propuesta de la mandataria de nombrar para el cargo al diplomático –hermano del ex canciller brasileño Antonio Patriota– recibió 37 votos a favor (cuatro menos que los necesarios) y 38 votos en contra. El senador Lindbergh Farias, del PT de Rousseff, lamentó la decisión de la Cámara alta. Según Farias, ésta fue “la primera vez en la historia que la designación de un diplomático (para un puesto en el exterior) es rechazada por el Senado federal”.