EL MUNDO › UN EDITORIAL DEL DIARIO “THE INDEPENDENT” DE GRAN BRETAÑA
El balance de una ocupación innecesaria
Este fin de semana marca el segundo aniversario de la guerra en Irak, una guerra innecesaria peleada por un pretexto que resultó falso. Es un conflicto que nos costó caro. Más de 1500 estadounidenses y más de 80 británicos han muerto; muchos más han sido heridos. Decenas de miles de iraquíes perdieron sus vidas. Y todavía no terminó. Dos años después de los primeros ataques con misiles estadounidenses sobre Bagdad, Irak es una tierra devastada y dividida. La prometida reconstrucción apenas comenzó.
Los informes confiables de primera mano son menos y más espaciados, no porque el interés de afuera haya mermado, aunque lamentablemente lo ha hecho, sino porque es demasiado peligroso para los periodistas trabajar ahí. Los extranjeros y aquellos asociados con las fuerzas ocupantes se han convertido en blancos para los secuestradores que buscan rescate o venganza. Tampoco estos dos años han reducido la oposición mundial hacia la guerra. Más de una docena de países han retirado sus tropas el año pasado: una coalición que comenzó con 30 países ahora sólo tiene 24.
El contingente español fue seguido por el holandés y el comienzo de una retirada ucraniana, nuevamente después de las elecciones. Los polacos comenzaron a irse este verano. Y la semana pasada, Silvio Berlusconi sugirió que los italianos, el cuarto grupo más grande después de los estadounidenses, los británicos y los surcoreanos, podrían comenzar a retirarse después de septiembre. El jefe de defensa dijo ayer que Gran Bretaña podría compensar algo de su déficit, pero la perspectiva era “muy hipotética”. No tenemos ninguna duda de que lo sea, dado lo inminente de nuestras propias elecciones.
EE.UU. insiste en que no hay peligro de que la coalición se disuelva. Sus más altos jefes militares hasta han sugerido una posible reducción en las fuerzas de Estados Unidos a medida que las fuerzas iraquíes se hacen cargo de las patrullas. El riesgo, sin embargo, es que la cantidad de fuerzas extranjeras que se va supera la capacidad de los recientemente entrenados iraquíes para asumir la responsabilidad. Habiendo actuado sin el aval de la ONU, los estadounidenses y los británicos tienen la obligación de irse de Irak con su soberanía restaurada, una administración comprometida con el gobierno constitucional y un ambiente más seguro.
Las elecciones que tuvieron lugar a fines de enero ofrecieron el primer atisbo de esperanza de que tal resultado pudiera eventualmente ser posible. El gran boicot efectivo de la población sunita, sin embargo, la continuación de la violencia y el fracaso, hasta ahora, para llegar a un acuerdo de gobierno ilustran lo difícil que será esto.
De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.