EL MUNDO › EL G-8 TRATARA DE ACORDAR SOBRE
EL CAMBIO CLIMATICO
Anticlima de Bush con los otros
Por Walter Oppenheimer *
Desde Londres
Los países del G-8 se encaminan hacia un acuerdo a la baja sobre el problema del cambio climático que, junto a Africa, constituye el núcleo de la cumbre a nivel de jefes de Estado o de gobierno que mantendrán desde mañana y hasta el viernes en Gleneagles, en Escocia. En una entrevista grabada la semana pasada y emitida anoche por la televisión británica ITV, el presidente de Estados Unidos admitió que el problema del cambio climático se debe “hasta cierto punto” a la acción del hombre, pero rechazó la posibilidad de que se llegue a acuerdos que comprometan a su país a reducir las emisiones de gas invernadero.
Los negociadores de los siete países más desarrollados del planeta –EE.UU., Canadá, Japón, Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido– y Rusia, que forman el Grupo de los Ocho (G-8), acercaron sus posiciones este fin de semana, pero a costa de rebajar las ambiciones iniciales del anfitrión de la reunión, el primer ministro británico Tony Blair. Estados Unidos parece dispuesto a admitir, aunque sólo sea de manera parcial, la responsabilidad del hombre en el calentamiento del planeta, pero sin llegar hasta el extremo de que eso signifique reconocer que se han de reducir las emisiones de gas invernadero, causantes de ese calentamiento. La delegación estadounidense ni siquiera admite que esté científicamente probado que la actividad humana contribuya al cambio climático, pero estaría dispuesta a aceptar que hay “un consenso entre los científicos” al respecto. No está claro que el texto reconozca explícitamente la necesidad de ralentizar primero, detener después e invertir finalmente la tendencia al alza de las emisiones, aunque sí podría concluir que existen las herramientas para conseguirlo.
El problema de fondo es que la llegada de George W. Bush a la presidencia, en el 2001, significó un cambio de posición con respecto a su antecesor, Bill Clinton, que firmó el acuerdo de Kioto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Bush jamás ratificó Kioto con el argumento de que cumplir con las obligaciones derivadas de ese tratado hubiera llevado a la crisis a la economía de Estados Unidos, responsable de una cuarta parte de las emisiones.
El G-8 deberá acordar un paquete de ayudas para el desarrollo de Africa, que han ido disminuyendo también de calibre a medida que se ha ido acercando la cumbre, aunque seguramente llamadas a colmar más expectativas que en la cuestión del cambio climático. El último obstáculo parece ser la reticencia de Alemania a aceptar un calendario concreto en el compromiso genérico de doblar la ayuda al desarrollo de Africa.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.