EL PAíS › EMIR YOMA SE FUE DEL PAIS HACE DOS MESES Y MEDIO
Sin noticias del gran cuñado
Se fue rumbo a Brasil en un avión que despegó de San Fernando. Fue antes de que lo volviesen a procesar por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador. Podría estar refugiado en Siria.
Por Eduardo Tagliaferro
“Se despidió y comentó que no pensaba volver al país”, señaló a este diario un conocido de Emir Yoma al recordar las últimas palabras que le escuchó decir al empresario del cuero hace no más de 70 días, en La Rioja. Fue apenas dos meses antes de que el juez en lo penal económico Julio Speroni lo embargara por cinco millones de pesos y firmara su procesamiento sin prisión preventiva como autor del contrabando agravado del material bélico que, al amparo de decretos de Estado, fue a Croacia y Ecuador durante el gobierno de Carlos Menem. En esa despedida había dejado en claro que sus reflejos estaban intactos. No desconocía el negro futuro judicial que se le avecinaba. Luego de saludar a todos los suyos y de haber delegado en su sobrino Guillermo Yoma las responsabilidades formales de la curtiembre, Emir salió del país por el aeropuerto de San Fernando en un taxi aéreo que lo llevó a Brasil. Desde las 16.20 de aquel 20 de abril, Emir Yoma no regresó a la Argentina. Se desconoce su paradero.
No se podría afirmar que su condición es la de prófugo. Eso recién ocurriría en el momento en que desde los despachos judiciales se requiera su presencia para algún trámite procesal. El procesamiento conocido públicamente el lunes era algo que se insinuaba desde octubre del año pasado cuando la Cámara Federal del fuero penal económico revisó anteriores fallos de Speroni. En esa oportunidad, el tribunal de alzada dejó sin efecto el sobreseimiento con el que el magistrado de primera instancia había beneficiado a Carlos Menem y Domingo Cavallo y le había ordenado profundizar sobre el rol jugado por Yoma en la causa. La causa es la misma, el juez también, los personajes involucrados también, pero algo cambió. Nuevos nombres dominan el escenario político y también el judicial, el tiempo pasa y con él se acerca la definición de un expediente que hasta el momento sólo compromete a personajes de segunda línea de las áreas estatales involucradas en la maniobra.
Algo de esto estuvo presente en el análisis de Emir Yoma. El 20 de abril, en un vuelo particular, subió al avión matrícula Lvwor que lo llevaría a Brasil. Allí, en San Pablo, no son pocos los negocios de los Yoma. Brasil es también el destino privilegiado de la mayoría de las exportaciones de la curtiembre familiar con sede en Nonogasta, el pueblo que supo ser bautizado como Yomagasta.
“Pero este hombre no quiere a nadie” afirman que dijo Emir Yoma cuando, ya sin protección oficial, Alfredo Yabrán emprendió la fuga judicial que terminó con su suicidio en un campo de Entre Ríos. Luego de recuperar su libertad en la causa por la venta ilegal de armas a fines del 2001, el octavo de los diez Yoma nacidos en Nonogasta pensó que definitivamente había logrado liberarse de ese fantasma. Por las dudas, desde esa fecha comenzó a desarmar la carpa y sus idas y vueltas a Estados Unidos se volvieron una rutina. Antes de subir al vuelo particular con el que se fue del país, hacía poco que había llegado desde Estados Unidos. Precisamente el 16 abril.
A la hora de las especulaciones, no son pocos los que en La Rioja afirman que Emir se encuentra en Siria con toda su familia. Originarios de Yabrud, al igual que los Menem, que Yabrán, que Monzer Al Kazzar, los Yoma tienen allí numerosa familia. El menor de los hijos de Emir, nacido en 1991 y al que su padre nombró igual que él: Emir Fuad, regresó de París hace pocos días. Concretamente el 30 de junio. Había salido de Argentina rumbo a Chile un mes antes, el 28 de mayo. Hacia Siria, país con el que no hay tratado de extradición, también había partido otro ex cuñado de Emir: Ibrahim Al Ibrahim, aquel coronel al que se lo vinculó con la inteligencia siria, que estaba casado con Amira Yoma y que supo estar al frente de los controles del aeropuerto de Ezeiza. Al Ibrahim, que no hablaba castellano, partió cuando comenzó a comprometerse su situación en el Yomagate.
Ahora es a Emir al que se le complica el cuadro judicial. El fallo de Speroni lo ubica en la figura de autor del contrabando. Al definir suprocesamiento, el juez tomó en cuenta los testimonios de Lourdes Di Natale, de Luis Sarlenga, del cambista Pedro Stier, y del traficante Diego Palleros.
“La conducta del nombrado (Emir Yoma) ha sido en extremo vinculante y decisiva”, sostiene Speroni antes de acusar al ex cuñado de Carlos Menem.
También consideró que Yoma “ha desplegado una determinante actividad para la realización de los sucesos, en el marco de la gestión, proyección de los decretos, el falso destino y la incorporación del material bélico, insertos en ellos como un método para burlar y desafiar compromisos y vedas internacionales”. Una vez que sorteó el escándalo del Swifgate, ante la revista Caras, símbolo de la década, Emir admitió que se sintió protegido por Menem. “Tanto como él sabe que está protegido por nosotros”, agregó mostrando que los unía una relación de ida y vuelta. Por el momento el pasaje de Emir no tiene vuelta.