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“Nosotros apoyamos a nuestros hermanos de Hamas e insistimos en que ningún grupo armado de los palestinos se disuelva, puesto que Palestina no es sólo Gaza.” Con este argumento, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, el brazo armado de la Organización Al Fatah del presidente Mahmud Abbas, descartó un desarme luego de la desconexión, como ya lo habían hecho el movimiento islámico Hamas y la Jihad Islámica. El comunicado agrega que las armas seguirán apuntando a Israel, pero no serán empleadas contra la Autoridad Palestina. Estas declaraciones llegaron un día después del anuncio de Hamas en el que reafirma que no depondrá las armas ya que la retirada de la Franja de Gaza “es el primer paso hacia la liberación de las tierras ocupadas de Palestina y para hacernos con el control de Jerusalén. En ningún caso, será el último paso, como quiere (el primer ministro israelí Ariel) Sharon”, explicó uno de los líderes del movimiento islámico, Ismael Haneya. Respondiendo a los pedidos de un cese de fuego como respuesta a la retirada unilateral, Haneya aseguró: “Jerusalén sigue ocupada, los refugiados están dispersos y nuestros prisioneros continúan detenidos. A todo esto se suma la existencia de un muro que sigue devorando nuestra tierra”. Las declaraciones del líder de Hamas del sábado dejaron expuesta la peligrosa lectura que el movimiento está haciendo del proceso de desconexión: “El fin de la ocupación es fruto de la resistencia y del sacrificio de nuestro pueblo, de su dolor y de su sufrimiento”, explicó, y agregó que “esto demuestra que el único lenguaje para terminar con la ocupación israelí es el lenguaje de la fuerza”.