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Mientras su aliado transatlántico lanzaba una furibunda diatriba contra el Islam radicalizado (ver arriba), Tony Blair advertía sobre Irán. El premier británico dijo que Teherán está interfiriendo en los asuntos iraquíes y el Reino Unido no se va a dejar intimidar por esas injerencias a la hora de exigir al régimen iraní el cumplimiento de sus obligaciones en materia de armamento nuclear. En una rueda de prensa ofrecida en Londres junto al presidente de Irak, Jalal Talabani, Blair dijo que “está claro que se han venido utilizando nuevos artefactos explosivos no sólo contra las tropas británicas sino en todas partes en Irak”. “La particular naturaleza de esos explosivos nos lleva a elementos iraníes y a Hezbolá porque son similares a los utilizados por Hezbolá, que está financiado y apoyado por Irán”, añadió Blair. “Sin embargo, no podemos estar seguros de ello en estos momentos”, reconoció el premier. Hezbolá es un grupo guerrillero chiíta libanés. Irán es un país mayoritariamente chiíta, al igual que su vecino Irak, aunque Londres lo acusa ahora de estar en contacto no sólo con la insurgencia chiíta, sino también con la insurgencia sunnita.