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Las autoridades estadounidenses elevaron ayer el nivel de alerta a “naranja”, el segundo grado más alto desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, ante una amenaza “creíble” de un atentado en el subte de Nueva York. El alcalde neoyorquino, Michael Bloomberg, y el jefe de la policía urbana, Ray Kelly, advirtieron sobre la posibilidad de una “amenaza terrorista específica” para los próximos días en el metro de la ciudad. Sin embargo, el FBI desestimó un peligro inminente para la población. “Hemos incrementado nuestra presencia policial en el metro (...). Continuaremos realizando revisiones al azar de los bolsos de usuarios que ingresan a la red de transporte”, afirmó Kelly.