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Sudamérica festeja el triunfo y EE.UU. va a esperar a ver qué pasa
Chávez dijo que la victoria de Morales en Bolivia es “un paso más en la integración”; Lagos celebró la contundencia del triunfo. Condoleezza Rice advirtió que su país “vigilará el comportamiento” de Bolivia para “determinar el curso” de las relaciones bilaterales.
@“Un paso más en la integración de esa Sudamérica que soñamos libre y unida en todo sentido.” Así había calificado el presidente Hugo Chávez el triunfo de Evo Morales, incluso antes de conocerse los primeros datos. América latina se unió al entusiasmo venezolano y salió a celebrar la “contundencia” de la victoria –según palabras del mandatario chileno Ricardo Lagos– del líder cocalero. Pero no todos saludaron tan enérgicamente el resultado electoral. La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, se adelantó a advertir que van a “mirar el comportamiento del gobierno de Bolivia para determinar el curso de las relaciones” bilaterales.
Argentina, Brasil, Chile y Venezuela hicieron público ayer su alegría por la conquista del MAS. Desde Brasilia, el Partido de los Trabajadores la calificó de “inolvidable, incontestable e histórica”. En su comunicado, el PT dijo que quedó reflejado “un sentimiento de cambio” no sólo de los sectores más pobres, sino también de la empobrecida clase media. Lagos reconoció estar “ilusionado” con el acercamiento entre los dos países –históricamente enemistados por la salida al mar– y, especialmente, con el ascenso de Evo al gobierno. Desde Caracas no hubo más que palabras de aliento para el que nadie duda será un aliado del proyecto bolivariano de Chávez. El vicepresidente venezolano, Vicente Rangel, se refirió al líder del MAS como un gobernante nacido de las “entrañas del pueblo”. Otro que no quiso quedarse afuera fue uno de los aliados de Washington en la región: México. El canciller Luis Ernesto Derbez le ofreció apoyo al nuevo presidente electo en el desarrollo democrático y económico de Bolivia y quiso reasegurar que para su país Evo “es su amigo”.
Los movimientos indígenas festejaron como propia la victoria del lider cocalero. Desde Ecuador, el diputado y líder del partido Pachakutik, Salvador Quispe, reconoció que “es un paso muy importante que refuerza política y socialmente a los pueblos indígenas de Latinoamérica”. La Confederación de Nacionalidades Indígenas de ese país (Conaie) afirmó, asimismo, que fue “un golpe a la arrogancia de Estados Unidos” y un aviso del giro que experimenta el continente. En el país vecino de Colombia, la Organización Indígena de ese país también se congratuló porque por fin “un hijo de la tierra volverá a gobernar a su pueblo”.
Extremos
Otras voces más radicales también quisieron hacer público su apoyo al próximo presidente de Bolivia. El ex oficial nacionalista y segundo en los sondeos presidenciales en Perú, Ollanta Humala, adelantó que el triunfo del MAS tendrá “un efectivo positivo” en su país, en referencia a las elecciones del año próximo. “De llegar nosotros al gobierno fortaleceremos nuestras relaciones con ese hermano país; tengo una buena relación con Evo.” El líder guerrillero del colombiano ELN (Ejército de Liberación Nacional), Antonio García, dijo desde Cuba que con Evo “se abre un camino hacía la libertad de los pueblos”. El diario oficialista cubano Granma afirmó que Evo ganó para “darle al pueblo el poder por vez primera”.
La voz disidente, como era de esperar, provino del norte. A la advertencia de Rice su sumó la aún más clara amenaza del ex secretario estadounidense para Asuntos Latinoamericanos Otto Reich: “Ojalá que Evo Morales no ponga en práctica lo que ha dicho en su campaña, porque eso sería muy malo para el futuro de Bolivia. El mundo puede vivir sin Bolivia, pero Bolivia no puede vivir sin el mundo.”
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