Mientras que el presidente George W. continúa realizando cambios en su gabinete y en la dirigencia de la CIA para dejar atrás los numerosos escándalos de los últimos tiempos, uno de ellos, el CIA-gate como se lo conoció, sigue acosando al entorno del mandatario. Según el diario The Washington Post, el ex asesor principal de Bush y uno de los actuales conductores de la campaña parlamentaria del Partido Republicano, Karl Rove, sigue siendo investigado por la revelación del nombre de la espía de la CIA y esposa del diplomático que cuestionó la invasión a Irak, Valerie Plame. El fiscal especial que se ocupa del caso, Patrick Fitzgerald, intenta establecer si Rove le mintió al gran jurado sobre la conversación que mantuvo en 2003 con un periodista de la revista Time que más tarde publicó el nombre de Plame. El ex asesor de Bush había declarado que “se había olvidado de esa conversación”.