Aunque todavía no hay nombres, el futuro gabinete de Luiz Inácio Lula es tema de discusión y negociación en el oficialismo y sus posibles aliados. El próximo gobierno será lulista antes que petista. Por eso, la elección de los ministros estará a cargo de Lula y de nadie más. La gran duda ayer era quién asumirá en Economía, ya que un giro en la política económica requeriría un cambio de titular. En Cancillería, en tanto, la incógnita era qué lugar tendría o dejaría de tener el asesor de Lula en temas internacionales y jefe de su campaña electoral, Marco Aurelio García.

El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) se perfila como el principal aliado del próximo gobierno de Lula. Es el partido con más gobernaciones, siete, la primera fuerza en Diputados y la segunda en el Senado. Sin embargo, este apoyo todavía debe ser confirmado. El PMDB está dirigido por caudillos provinciales y no tiene un rumbo nacional claro. El presidente del partido, Michel Temer, adelantó ayer que se reunirá con la cúpula partidaria para tomar una postura única respecto del próximo gobierno. Si lo apoyan, podrían ocupar gran parte del gabinete.

Con el discurso de cambio que presentó Lula en las últimas semanas, muchos especulan que el actual titular de Economía, Guido Mantega, podría ser reemplazado por un hombre de tinte desarrollista. Mantenga, como su antecesor, Antonio Palocci, eran partidarios de una austeridad fiscal. La otra cartera que dio que hablar fue la Cancillería. La derecha sostiene que existe una interna entre el actual titular, Celso Amorim, y Marco Aurelio García. El primero querría sacar al segundo de la escena nacional, asignándole una embajada importante. Aunque fuera cierto, es poco probable que García quede relegado, ya que fue el artífice de la victoria. Después de todo, Lula ya adelantó que se rodeará de gente de su confianza.