Dos noches seguidas de enfrentamientos en la Plaza de Mayo entre kirchneristas y adherentes al paro agrario. Las escenas parecen estar convirtiéndose en el paisaje habitual de la zona que rodea a la Catedral, el Cabildo y la Pirámide de Mayo. Un parque emblemático, con un contenido simbólico que se vuelve amenazante –lo saben en la Casa Rosada– si está acompañado de ruido de cacerolas. Anoche, pasadas las 23, la Plaza seguía ocupada por militantes kirchneristas que por segunda vez consecutiva habían enfrentado a los manifestantes que apoyan el paro y lockout del campo. Algunas caras y banderas eran repetidas. Alrededor de la pirámide se veían carteles de la Federación de Tierra y Vivienda, el MUP y el Frente Transversal. Por segunda noche consecutiva, los kirchneristas habían impedido que la Plaza quedara en poder de los simpatizantes de la protesta rural. “Hoy también venimos a copar este lugar y a una hora prudente nos retiraremos”, había anunciado Luis D’Elía.

Anoche, la pelea por conservar el control de la Plaza de Mayo volvió a enfrentar a los kirchneristas con los simpatizantes de la protesta rural. Reconocido por los propios contendientes, el enfrentamiento de ayer fue más duro que el de la noche del martes. El peor choque se produjo sobre la Diagonal Norte a la altura de la Catedral. Allí hubo peleas a golpes de puño entre jóvenes con físicos trabajados en gimnasio que defendían la protesta rural y militantes del kirchnerismo entre los que habían militantes del PJ del conurbano, organizaciones sociales y barras de la hinchada de Gimnasia que responden al ex intendente Julio Alak.

Hubo puñetazos, palazos, corridas. Finalmente la Plaza quedó en manos de los manifestantes que simpatizan con el Gobierno. Entre los participantes de los choques no hubo sólo desocupados del conurbano. Además había dirigentes y funcionarios, como el diputado Edgardo Depetri, el ex intendente de Avellaneda Oscar Laborde, el dirigente del Movimiento Evita Emilio Pérsico. D’Elía, obviamente, también estuvo. Ayer fue hostigado por manifestantes de izquierda cuando decidió atravesar la Plaza a pesar de que estaba ocupada por dos columnas que se habían concentrado alrededor de la pirámide: las banderas eran de Convergencia Socialista y la Asamblea de San Telmo, que apoyan el paro de las entidades rurales. Cuando D’Elía fue empujado, sus seguidores lo defendieron a los golpes. “Esta es la Triple A de Cristina”, gritaban los militantes de izquierda.

Aunque los grupos kirchneristas fueron presentados como “piqueteros” por la mayoría de los medios, en las columnas del oficialismo participaron también muchos funcionarios, legisladores y dirigentes. En la primera noche se vieron allí al legislador porteño Juan Cabandié, el funcionario de Desarrollo Social Sergio Berni, el santacruceño Juan Bontempo, los diputados Juliana Di Tullio, Luis Ilarregui y Jorge Coscia, el dirigente de Suteba Roberto Baradel, el legislador bonaerense Antonio “Loby” Antonuccio, el embajador de Cascos Blancos, Gabriel Fuks, entre otros.

Esa noche en la vereda de enfrente hubo caceroleros que apoyaban al campo y también integrantes de la Coalición Cívica como el diputado Fernando Iglesias, militantes universitarios del Partido Comunista Revolucionario y miembros de las asociaciones Memoria Completa, la agrupación procesista que encabeza Cecilia Pando, y el grupo Pampa Sur de la diputada María del Carmen Alarcón.