EL PAíS › LA DETENCION DE SEIS ARGENTINOS ALARMA A LOS MILES DE ILEGALES EN MIAMI
Vivir con el terror de ser descubierto
Se calcula que sólo en el estado de Miami hay unos 80.000 argentinos con la visa vencida, y muchos de ellos compraron documentos falsos para poder trabajar. La detención de seis personas sembró alarma en la comunidad y avivó el fantasma de la deportación. La argentina que sigue prófuga estaba por entregarse.
La detención de seis argentinos con documentos falsos en Miami sembró la alarma en la comunidad latina en la Florida. El operativo reavivó el fantasma de las deportaciones. Ayer, ardieron los teléfonos de la Comisión Argentinos en USA (Causa), creada recientemente para ayudar a los residentes ilegales. A lo largo del día se duplicó el número de llamadas que habitualmente recibe la organización. Todos querían saber más sobre el alcance de los arrestos, señaló a Página/12 el vicepresidente, Fernando Pettineroli. Causa estima que sólo en el estado de Miami hay cerca de 80.000 argentinos con sus visas vencidas, muchos de los cuales –suponen– tendrían documentación trucha para poder trabajar. Según esa misma organización, en todo Estados Unidos los argentinos ilegales son unos 800.000. “Los argentinos han tomado la compra de papeles falsos como un deporte, sin medir el riesgo al que se exponen”, objetó Pettineroli. Tampoco los que han emigrado al suelo norteamericano encontraron la Tierra Prometida. Cada vez más entidades religiosas deben ofrecer ayuda alimentaria, un techo transitorio y posibilidades de atención médica a costos reducidos a centenares de argentinos en situación crítica.
“Desde el atentado a las Torres Gemelas es tan difícil aplicar para un documento legal que el fraude se convierte en el camino obligado para poder trabajar. Desde hace tiempo estamos tratando de concientizar a la comunidad argentina sobre el riesgo que implica tener documentación falsa, pero al contrario de lo que pasa en otras colonias, los argentinos han tomado la compra de papeles falsos como un deporte. Otras comunidades son más temerosas de la ley, pero los argentinos traen acá la mentalidad de impunidad que se vive en la Argentina”, comentó el abogado Pettineroli a este diario.
Tener documentos falsos es un delito federal y puede significar hasta diez años de prisión. Pero como para conseguir un empleo se debe mostrar una fotocopia del documento que se conoce como Social Security y un permiso de trabajo que otorga un organismo oficial, los que emigraron a Estados Unidos y tienen sus visas vencidas, apelan al circuito ilegal. No hay que transitar callejones oscuros para obtenerlos. “Te los ofrecen en la calle y a las dos horas los tenés en tu casa. Te cobran entre 50 y 300 dólares, según la cara”, contó a Página/12 Axel, el gerente de Seguridad del Hotel The Clay, en South Beach, albergue obligado de argentinos recién llegados a Miami y con presupuestos acotados. En South Beach están los restaurantes y hoteles donde trabajan argentinos. Axel vive en Miami hace más de cinco años y tiene sus papeles en regla.
“Los empleados saben que los documentos que les mostrás son falsos, pero no dicen nada y se aprovechan de esa situación para pagarte menos de lo que deberían pagarle a un norteamericano que hace la misma tarea”, señaló Javier, otro argentino que se las rebusca en Miami. Javier sí compró su Social Security y el permiso de trabajo en el mercado negro dos años y medio atrás cuando aterrizó en la Florida, con la ilusión de un futuro sin desempleo. Pagó 100 dólares y está trabajando sin problemas. Incluso, a fin de año le llegó un carta de la DGI local comunicándole que podía a pasar a cobrar un reintegro de los impuestos que había pagado, gracias a que se había producido un superávit en las cuentas. “Por miedo nunca me presenté a cobrar ese dinero. No estoy paranoico, pero sé adónde tengo que ir y adónde no”, indicó. Los aeropuertos, por ejemplo, donde fueron detenidos el martes seis argentinos por trabajar con documentos falsos, son lugares “prohibidísimos”, especialmente después del 11 de setiembre de 2001, por el aumento de los controles migratorios y los operativos sorpresivos que realiza periódicamente el FBI y el Servicio Nacional de Inmigración y Naturalización (INS), en el marco de la lucha antiterrorista encarada por el gobierno norteamericano.
La noticia de los arrestos llevó cierta alarma a los argentinos con sus visas vencidas. Ayer, los teléfonos de la organización recibieron el doble de las llamadas que reciben habitualmente. “Llamaron más de 80 personas preocupadas por el tema. Querían saber qué iba a pasar, si venían másdeportaciones”, informó Pettineroli. El abogado de Causa los tranquilizó. Les dijo que no se están produciendo razzias ni controles indiscriminados en el condado de Miami en busca de indocumentados. “Las deportaciones que ocurren cada tanto corresponden a casos en los que hubo una denuncia puntual contra esa persona o fue detenida por algún ilícito”, precisó.
Lo que sí han aumentado son el número de entidades que ofrecen ayuda a los inmigrantes argentinos que no han podido levantar cabeza en Miami. El pastor argentino Gabriel Kost del Centro Latinoamericano sigue entregando alimentos a las familias en situación crítica todos los sábados en el 2101 South West de la calle 8, en la zona de Miami conocida como Pequeña Habana, donde se han asentado gran cantidad de compatriotas. También el pastor Rubén López, de la Iglesia Evangélica Pentecostal Asambleas Misioneras Elim, continúa descargando cajas de comida todos los fines de semana en la esquina de la avenida Collins y la calle 83, en el área de Miami Beach bautizada como “Pequeña Argentina”. Los pastores fueron los pioneros en tenderle la mano a los argentinos indigentes. Pero el listado de instituciones religiosas y comunitarias adonde pueden recurrir en caso de necesidad ha crecido por la demanda. Entre otros, Caritas y las agrupaciones cubano-americanas Fundación Casa de Elian y Vecinos en Acción. La casa de la Madre Teresa de Calcuta ofrece albergue para madres solas y en Don Bosco y Camilo House, otras dos entidades eclesiásticas, pueden conseguir atención médica gratuita o con costos reducidos; incluso, existe una “Línea de Crisis” para los que buscan un techo transitorio con urgencia.