Que se debe a razones técnicas, que siete nuevas autoridades por zona representarían un gasto disparatado al Ejecutivo, que resultaría más práctico realizar los comicios el año entrante junto a los de legisladores y diputados nacionales... Dispersos, todos fueron argumentos que el macrismo utilizó durante las últimas semanas para insinuar que postergaría la convocatoria a elección para las comunas porteñas. Y efectivamente, ayer vencieron los plazos estipulados y el jefe de Gobierno no envió el decreto necesario. Ante el vacío, desde la Legislatura la oposición reaccionó presentando dos iniciativas para conseguir el llamado en agosto. Por lo pronto, los bloques opositores deberán reunirse en una sesión especial el jueves para dirimir internas y ver si alcanzan los 31 votos que obliguen a Mauricio Macri a hacer lo que no quiere.

Los dos proyectos presentados ayer corresponden a Aníbal Ibarra (Diálogo por Buenos Aires) y a la socialista Verónica Gómez. Sus diferencias son sutiles: la segunda convoca –como estipuló la Legislatura el año pasado– para el 10 de agosto y la primera lo hace para el 24. El otro de los matices es estrictamente legal. Mientras el ibarrismo postula una resolución que obligaría al Ejecutivo a realizar la convocatoria, el del socialismo es un proyecto de ley que podría ser vetado por el jefe de Gobierno. Sin embargo, se estima que el jueves ambas posiciones puedan alcanzar un documento consensuado.

Según la Constitución porteña, la Legislatura tiene la potestad de realizar la convocatoria en caso de que el Ejecutivo no lo haga. Para ello, la oposición deberá lograr que casi todos los legisladores no macristas (32) den el quórum necesario el jueves. Si eso sucede, bastará una mayoría simple para aprobar el llamado electoral, aunque es de esperar que si se sesiona los legisladores macristas bajarán a defender su postura.

“Lo del macrismo es estrictamente ideológico. Evidentemente, no están dispuestos a promover el proceso de descentralización y participación democrática”, disparó el legislador de la CTA Martín Hourest. Cierto es que las comunas implicarían una pérdida de poder objetivo del jefe Gobierno, pero se trata sólo de una parte de verdad. Ocurre que paradójicamente, a pesar del pobre desempeño del PRO en octubre pasado, con estricta reserva muchos reconocen las grandes chances del oficialismo porteño de alzarse con una victoria en una eventual elección. Sin embargo, los tiempos y modos en que mueve sus fichas indican que su estrategia es dilatar el debate de cara a escenarios más deseables. Es que Macri sabe que el año entrante deberá jugar fuerte en las legislativas nacionales, y de cara al desafío (en el que hasta podría meter una reforma a la Constitución porteña) espera administrar la mayor cantidad de hilos posibles. “Simplemente, les conviene ir el año que viene con todo junto, legisladores y comuneros y diputados nacionales”, sintetizó Ibarra en conversación con Página/12.

Por su parte, en el arco opositor también realizan sus movidas. La evaluación generalizada es que por lo pronto, ante lo evidente de la irregularidad, al macrismo se lo debe dejar en off side. Luego, el debate sobre cuándo realizar efectivamente las elecciones resulta bastante más complejo y áspero. Mientras la Coalición Cívica se siente fuerte después del triunfo obtenido en octubre, el kirchnerismo revive hoy más que nunca sus temores urbanos y el PS considera que podría encontrar una chance para mostrar como ejemplo lo hecho por el intendente Miguel Lifschitz en Rosario.

“Vamos a utilizar todos los recursos a nuestro alcance, tanto legislativa como judicialmente, para que las comunas se pongan en marcha en este año”, aseguró el presidente del PS porteño, Roy Cortina. Así, el diputado informó que además del proyecto de ley presentará hoy ante el Tribunal Superior de Justicia porteño una ampliación del recurso de amparo que formalizó el pasado mes de febrero contra el gobierno porteño.

Informe: Diego González