Los diputados tucumanos del Frente para la Victoria que votaron a favor de las retenciones fueron recibidos con incidentes en su provincia. “Es la misma intolerancia de siempre”, dijo a Páginai12 el diputado Gerónimo Vargas Aignasse. El legislador atribuyó la manifestación a “los 300 terratenientes sojeros de Tucumán que ven que con la ley no sólo que no les disminuyeron las retenciones, sino que ahora los pequeños y medianos productores van a poder volver a trabajar la tierra y no se las van a alquilar a las condiciones unilaterales con las que ellos los venían estafando”.

Vargas Aignasse es uno de los nueve diputados nacionales por Tucumán, pero además es uno de los ocho del FpV que votaron en bloque a favor del proyecto de retenciones impulsado por el Gobierno. El sábado a la noche, de vuelta en su provincia, un grupo de ruralistas salió a interceptarlos a él y a otros diputados kirchneristas, furiosos con los resultados de la votación en el Congreso.

“Yo volví a Tucumán antes que el resto”, dijo Vargas Aignasse. Pero eso no le sirvió para evitar el escrache. Los ruralistas habían empezado una protesta furiosa en la sede del aeropuerto Benjamín Matienzo, a las nueve de la noche, una hora antes de que llegara el último avión desde Buenos Aires, donde imaginaban que estaban los diputados.

Luego continuaron el escrache en las calles del centro de la ciudad. Primero, ante la casa de Alfredo Dato, diputado del FpV y ex presidente de la Suprema Corte de Justicia provincial. Lanzaron piedras contra los vidrios. Según se denunció, los proyectiles pusieron en riesgo a la madre de Dato, una anciana de 80 años que en ese momento estaba en la casa. Contra las paredes tiraron huevos y después avanzaron hasta el negocio de la mujer del diputado Vargas Aignasse, un local de ropa en pleno centro de la ciudad.

“Le tiraron piedras, rompieron los vidrios, escribieron insultos arriba y rompieron parte de los carteles, pero para nosotros no hay dudas de que son los terratenientes –insistió el diputado–. La semana pasada estuvimos reunidos con el presidente de la sociedad rural tucumana. Eramos tres, la diputada Stella Maris Córdoba, él y yo. En la reunión nos dijo que si salía la ley realmente iba a correr sangre y salió la ley.”

Durante el debate del viernes y el sábado en el Congreso, Aignasse se pronunció a favor de las retenciones con los mismos términos que lo había planteado en su provincia. “En un conflicto donde hay intereses absolutamente contrapuestos, pretender que haya un 100 por ciento de consenso resulta algo imposible. Lo importante es que el 85 por ciento de los pequeños y medianos productores queda fuera del alcance de las retenciones móviles”, recordó al día siguiente en los medios locales.

Aunque a Vargas Aignasse y a Dato los escracharon en la ciudad, la bulla en el aeropuerto también generó un escándalo. Una hora antes del aterrizaje, un grupo esperaba a los diputados con carteles de alto voltaje. “Delincuentes, ¿qué hacemos después del 31 de octubre?” O, “Vergüenza tucumana” y “Recuerden de dónde sala la plata de su sueldo”.

Así aguardaban a los tres diputados que llegaban en ese avión: Alberto Herrera, Alfredo Dato y Germán Alfaro. Pero la espera no fue en calma. Los minutos hasta el aterrizaje hicieron del lugar una suerte de happening combativo. Los cuerpos de los ruralistas se enfrentaron con unos 50 militantes políticos, punteros de Alfaro, ex secretario de Gobierno de la capital y provincial, el más custodiado. Sus hombres salieron a defenderlo: “A Germán no lo tocan o se arma lío”, gritaban.

Dato y Herrera evitaron a la turba en una camioneta doble cabina y por un desvío. Alfaro los enfrentó con su custodia. Por los incidentes, un ruralista resultó lastimado, quedó internado unas horas y fue dado de alta.