Lunes, 8 de septiembre de 2008 | Hoy
EL PAíS › EL TITULAR DE LA CTA RECLAMA QUE EL SENADO MODIFIQUE LA FóRMULA DE MEDICIóN
Por Julián Bruschtein
“Esta ley debería ser complementada con un último decreto que determine para los jubilados un aumento general.” El secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), Hugo Yasky, destacó en diálogo con PáginaI12 los pros y los contras del proyecto de movilidad jubilatoria que ya tiene media sanción en el Congreso. Dice que su organización tenderá “puentes con el Senado para modificar” la fórmula de medición del aumento para que sólo se mida con “el índice de los aumentos salariales” de trabajadores en blanco.
–¿Dónde radica la clave del proyecto de movilidad que se debate en el Parlamento?
–El proyecto de ley que tiene media sanción constituye un avance pequeño, pero significativo, porque por primera vez las jubilaciones no quedarán en manos de la decisión unilateral del Ejecutivo o del ministro de Economía de turno. En los ’90, la movilidad era descendente y sufrimos un largo período que tuvo como principal responsable del saqueo al sistema previsional y a los jubilados a (Domingo) Cavallo. La fotografía que quedó de esa etapa fue el famoso y brutal recorte del 13 por ciento en salarios y jubilaciones.
–En cuanto a la medición de la movilidad que generó debate y diferencias en el oficialismo, ¿cuál es la postura de la CTA?
–Así como está, la ley de movilidad se queda a mitad de camino en cuanto a la fórmula. Porque la CTA tenía la expectativa de que debía considerar pura y exclusivamente al salario, al promedio de aumentos salariales de los trabajadores en blanco –denominado Ripte–, como única variable de ajuste de la jubilación. En forma conjunta presentamos una nota la CGT y la CTA para tratar de que este criterio fuera tenido en cuenta. Allí explicábamos que jurídicamente corresponde considerar a la jubilación como una extensión del salario del activo. Y resaltamos la importancia desde el punto de vista de la cohesión de clase para volver a recomponer ese pacto intergeneracional entre los que aportan y los que pasaron a ser jubilados. Es clave que este punto sea incorporado con este sentido. Por eso, como quedó en la Cámara de Diputados, se queda a medias, porque incorpora mitad Ripte y mitad de recaudación tributaria.
–¿Existen diferencias sustanciales entre uno y otro índice?
–Económicamente no existirían grandes diferencias, pero sí establecería un principio político y jurídico absolutamente inobjetable y transparente. Para la CTA, esta ley es un paso adelante en un tránsito histórico que tiene como objetivo final recuperar el 82 por ciento móvil por el que históricamente luchan los movimientos de jubilados de nuestra Central y de otras organizaciones. Es un avance en el marco de un proceso: en la medida en que los trabajadores sigamos recuperando terreno, se va a lograr gradualmente. Entendemos que es clave intentar que en el Senado pueda mejorarse la fórmula de la movilidad incorporando, solamente la consideración del Ripte.
–¿Tienen pensado abordar a los senadores para modificar el proyecto aprobado en la Cámara baja?
–Vamos a tender puentes hacia el Senado para tratar de imponer el sistema que impulsa la Central que, insisto, es una ecuación sobre el Ripte. Es más transparente y cierra el camino a que se puedan dibujar cifras de recaudación tributaria. Pero también creemos que esta ley debería ser complementada con un último decreto que determine para los jubilados un aumento general de las remuneraciones puesto que, por un lado, hay que tener en cuenta la distancia entre el momento de la sanción de la ley y marzo de 2009, que es cuando se produciría el primer reajuste. Y, además, porque este aumento general permitiría partir de un piso más alto que los 690 pesos actuales que representa la mínima.
–¿Cuál es el balance que hace de esta propuesta?
–Seguro que esto es un paso de avance en tránsito hacia una reforma jubilatoria integral que permita realmente terminar con el sistema de las AFJP y establecer un único modelo jubilatorio estatal solidario para que, en ese marco, se pueda restituir a pleno el 82 por ciento móvil, que es nuestro reclamo histórico. Cerca del 75 por ciento de los jubilados cobra actualmente la mínima. Nuestra aspiración es que exista una jubilación de base que sea del 82 por ciento móvil del salario mínimo, vital y móvil que hoy está en 1200 pesos y que, si se implementara hoy, la jubilación mínima ascendería a 950 pesos por lo menos.
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