EL PAíS › LA JUSTICIA SUSPENDIO LAS ELECCIONES INTERNAS PARTIDARIAS
Como si fuese pensado para Duhalde
La jueza Servini de Cubría dictaminó que los decretos que convocaron a las internas fueron arbitrarios. El menemismo, que conduce el PJ, dijo que igual las convocará. Pero debe convalidarlas un órgano que domina el duhaldismo.
Por Diego Schurman
La suspensión de las internas abiertas y simultáneas, dispuesta ayer por la Justicia, se convirtió en una bocanada de oxígeno para Eduardo Duhalde. El Presidente se había quedado sin candidato y la compulsa del 15 de diciembre se presentaba como un obstáculo para sus pretensiones de mantener cierta cuota de poder en lo que le queda de mandato y aún después de él. Con la medida, ahora vuelven a abrirse las negociaciones para fijar la modalidad con la que cada partido definirá su postulante para las generales del 30 de marzo, fecha por ahora ratificada para el Gobierno.
El fallo de la jueza María Romilda Servini de Cubría rechaza las internas al considerar “arbitrarios” los decretos que la convocan. La magistrada, haciendo lugar a una presentación de los afiliados José Luis Salvatierra y Guidi, sostuvo que la modalidad creó “confusión” en la ciudadanía”, y “afecta la libertad de los partidos políticos”.
Según informó a este diario el subsecretario de Interior, Cristian Ritondo, en la argumentación se apela al artículo 38 de la Constitución nacional, que rige la vida interna partidaria y la competencia para los candidatos a cargos públicos electivos.
En una resolución de 75 carillas, la jueza reclamó a la administración duhaldista “un marco de transparencia” y estableció que ahora cada partido “deberá resolver sus cuestiones internas y elegir a sus candidatos mediante la realización de elecciones en su seno y a su costo”, sin depender de las arcas y los organismos públicos.
El Gobierno anunció oficialmente que apelará el fallo dentro de los 5 días hábiles que establece la ley. Pero lo hará de forma. “Tenemos la obligación de hacerlo”, reflexión el ministro del Interior, Jorge Matzkin, como si fuera una carga.
Es que muy pocos quieren en realidad modificar lo que se ha vuelto un remanso para Duhalde. Si hasta uno de los secretarios más fieles del Presidente se preocupó en destacar entre las ventajas de la medida el ahorro que significará para el Estado nacional. “Ahora vamos a evitar gastar 40 millones de pesos”, señaló a Página/12.
Se olvidó de un detalle: las internas abiertas y simultáneas se impulsaron tras los cacerolazos y el reclamo de “que se vayan todos”. Dentro de ese paquete de iniciativas puestas a tono con la demanda de la gente figuraba el juicio político a la Corte Suprema. Este es hoy otro de los temas sobre los que el Gobierno cambió 180 grados su posición.
Hace ya varios días que es vox populi en el mundillo político la inminencia de un fallo abortando las internas. Desde la mirada oficial significa un ostensible alivio: es que si bien esa modalidad contemplaba a todos los partidos, era en el justicialismo donde se concentraban las principales discusiones.
Duhalde aspiraba a que José Manuel De la Sota o Carlos Reutemann le sacaran cabezas de ventaja al resto de los competidores. Pero el gobernador de Córdoba no logra mover el amperímetro y su par de Santa Fe se resiste siquiera a competir, pese a los denodados pedidos que en ese sentido le hicieron llegar mandatarios, empresarios y embajadores.
Por otro lado, temiendo maniobras fraudulentas, tanto Néstor Kirchner como Adolfo Rodríguez Saá ya habían insinuado que desistirían de la puja y que irían por fuera del PJ con sello propio. En otras palabras: la interna entre los justicialistas se hubiese limitado a De la Sota, el resurgido postulante José Octavio Bordón y Carlos Menem. Encuestas en mano, el ex presidente era uno de los más interesados en concretar la elección, a la que veía como un seguro de sobrevida hasta las generales de marzo.
De mantenerse firme el fallo de Servini, le corresponde al Consejo Nacional Justicialista, que hegemoniza el menemismo, la tarea de convocar a elecciones internas a la vieja usanza. De hecho, el secretario general de ese órgano, Eduardo Bauzá, aseguró ayer mismo que la puja se realizará igualmente el 15 de diciembre, ateniéndose a los afiliados del PJ y los independientes. Pero nada será fácil para el riojano: la hipotéticaconvocatoria del Consejo debe ser convalidada por el congreso nacional partidario, que domina Duhalde.
El bonaerense, buscando tomar distancia del fallo, también consideró que los peronistas deberán resolver su interna en las urnas. Pero evitó ponerle fecha, aunque sugirió sin mucho entusiasmo que podrían ser a fines de diciembre.
Claro que en la Casa Rosada las especulaciones se cotizan en bolsa. Una que circuló con insistencia es que el Gobierno apelará el fallo de Servini no por su desacuerdo con él sino con el único objetivo de posponer la resolución del tema y así evitar que finalmente sea Menem, como presidente del partido, el que tome la iniciativa en este intríngulis.
Otra versión que también circuló con fuerza es que, además de vetar las internas del 15 de diciembre, la Justicia –presentaciones mediante– podría bajarles el pulgar a los generales del 30 de marzo.
¿El argumento? Duhalde no puede arrogarse la potestad de llamar a los comicios, ya que esta le corresponde a una Asamblea Legislativa. En el diccionario duhaldista la traducción es: el actual Presidente se mantendrá en el cargo hasta diciembre de 2003, que es la fecha en la que se completa de hecho el período del renunciante Fernando de la Rúa.
Todo esto, claro, respaldado por un “veranito”, como denominan a lo que –imaginan– sucederá en los próximos meses en la economía: eventual acuerdo con el Fondo Monetario, despegue en la producción y estabilidad del dólar, entre otras cosas.
Políticamente, el juego de pinzas se completará el próximo jueves. En la quinta de San Vicente, la plana mayor del duhaldismo bonaerense, incluido el gobernador Felipe Solá, los intendentes y legisladores, apuntalarán al Presidente con el lanzamiento de la Agrupación 17 de Octubre.
Será una nueva demostración de fuerza no sólo hacia dentro sino también hacia fuera del partido. Sus organizadores disimularon el acto bajo el confraternal título de “jornada de reflexión”.