EL PAíS › NAZARENO Y MOLINE PASARON A LA OFENSIVA Y PRESIONAN AL GOBIERNO
“Si se pesifica se afecta la propiedad”
Los dos magistrados dieron una desafiante conferencia de prensa. Se mostraron arrogantes y carentes de autocrítica y anticiparon que la pesificación, sobre la que deben decidir próximamente, es inconstitucional. Es un mensaje al Gobierno y al Congreso.
Por Irina Hauser
Se le notaba en la cara que quería decirlo. Julio Nazareno dio varias vueltas, escudándose en que no deseaba prejuzgar, hasta que mientras todo el país podía verlo por TV articuló una provocación dedicada al Gobierno: “Si usted pesifica al que depositó dólares surgen situaciones que están afectando el derecho de propiedad”. El riojano, quien preside la Corte Suprema, y su segundo, Eduardo Moliné O’Connor, montaron ayer una enorme conferencia de prensa en el salón de té del Palacio de Tribunales, después de la reunión general habitual de los ministros en la que acordaron un pacto de no agresión entre ellos. Era el primer encuentro de los nueve supremos después de las peleas del fin de semana que sucedieron al archivo del juicio político. En el tribunal avanza, como dejó entrever Nazareno, un proyecto para que se devuelvan los depósitos en moneda original.
Nazareno y Moliné O’Connor son los dos integrantes de la Corte que más cerca estuvieron de ser acusados por la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados. Ayer un enjambre de cables, micrófonos, cámaras y grabadores los aguardaba al término de su plenario y decidieron salir a hablarle a toda la Argentina como hace años no lo hacían. Nazareno dijo que no tiene ningún “cargo de conciencia” ni autocrítica que le “venga a la memoria”. Su compañero de batalla se jactó de que “no hubo ningún hecho probado” entre los cargos en su contra y que eso debería tener en cuenta la sociedad, haciendo un “cambio de mentalidad”, al momento de juzgarlos.
Pero al margen de las sensaciones personales, el mensaje de los supremos tuvo como blancos al Poder Ejecutivo y al Legislativo. “No se olviden de que el Congreso le otorgó superfacultades al Ejecutivo”, advirtió Nazareno. “La Corte ni dispuso el corralito, ni pesificó, ni dolarizó”, se defendió. También responsabilizó al Gobierno de “cambiar las normas” permanentemente y así “impedir que la Corte se pronuncie”. Y para ser bien claro cuando se refirió a la pesificación dijo: “La Corte va a respetar a ultranza el derecho de propiedad” que, según él entiende, ha sido afectado por la reconversión de los depósitos en moneda local.
En voz baja, los jueces refunfuñan que no se olvidan del pésimo manejo que hizo el presidente Eduardo Duhalde del enjuiciamiento –primero lo promovió y después se desesperó– que los tuvo en vilo desde febrero y que, una vez cerrado, agudizó las fisuras internas del tribunal. En los últimos días quedaron enfrentados jueces de la histórica mayoría automática leal a Carlos Menem, que son los que más cargos en contra tuvieron en el juicio político, con jueces de la minoría que suele votar en disidencia. Un cruce de declaraciones entre Adolfo Vázquez de un lado y Enrique Petracchi del otro fue el punto más álgido de la polémica. Nazareno buscó aplacar los efectos de la disputa con el argumento de que todos ellos son seres humanos.
Al comienzo del acuerdo de ayer, tanto Nazareno como Guillermo López coincidieron en llamar a sus compañeros a la “cordura”. Si ya tienen mala imagen y bajísima credibilidad, ninguna riña pública mejora las cosas sino todo lo contrario. Y la realidad es que por el momento ninguno de los nueve piensa renunciar –al menos eso es lo que dicen–, o a lo sumo alguno podría llegar a hacerlo pero en un par de meses. Como estrategia para seguir adelante, explicaron allegados a la mayoría menemista, “lo mejor que podemos hacer ahora en nuestros fallos es atender las necesidades de la gente”.
Aunque el encuentro estuvo más dedicado a los problemas domésticos que a otra cosa, los jueces convinieron que la semana próxima sortearán dos conjueces para resolver expedientes sobre la pesificación, en los que Petracchi y Gustavo Bossert están excusados por ser víctimas del corralito, precisamente el punto por el que Vázquez los acusó de trabajar poco. De todos modos, las palabras de Nazareno en la conferencia del mediodía fueron un anuncio de lo que puede venir.
Fuera de las reuniones formales, la Corte analiza un proyecto impulsado por López para que el Estado y los bancos se hagan cargo de devolver losdepósitos en su moneda de origen, algo que puede acarrear un enorme endeudamiento público. Teniendo en cuenta el plan Canje II de devolución con Boden que implementó Economía, una de las alternativas que se evalúa va precisamente en esa dirección, inspirada en que el máximo tribunal avaló en 1990 el plan Bónex ante la emergencia, y respaldaría la devolución con bonos dolarizados a diez años.
“El tema central es que la pesificación viola el derecho de propiedad y por eso es inconstitucional. El objetivo es que se devuelva dólares al que depositó dólares, pero la instrumentación de eso es otra cosa. La línea divisoria estaría planteada con quienes ya retiraron dinero del corralito, que no podrán reclamar a menos que haya planteando algún amparo”, explicó un funcionario del tribunal que alienta el borrador en cuestión. Esa propuesta en principio la apoyarían también Nazareno, Moliné O’Connor y Vázquez. Belluscio, al parecer, cuestiona las consecuencias que esa decisión podría tener para el Estado. Las posturas de Antonio Boggiano y Carlos Fayt no estarían definidas.
Ante los medios, Nazareno expuso el tema de esta manera: “La Corte no tiene por qué señalar en sus fallos cómo se va a devolver el dinero. Que lo diga el Congreso”. El ministro dijo que para resolver esperarán a ver cómo evoluciona la cotización de los bonos. Moliné aclaró que “no es que el Poder Judicial va a esperar si le gusta una ley o no” para definir algo. En varias vocalías estiman que entre noviembre y diciembre los supremos resolverían el tema. Incluso para ese entonces quizá tampoco hagan falta los conjueces, especulan, porque algún juez podría cambiar de opinión. Otro capítulo será el análisis de la legalidad de la pesificación de las deudas, un tema espinoso que por el momento la Corte piensa dejar a un lado.
En su pronunciamiento público Nazareno incluyó, como una de sus grandes conclusiones de los últimos tiempos, una increíble interpretación sobre el resultado del juicio político: “El país se saca un peso de encima”, dijo. E incluso aseguró que cree que él y sus pares han salido “fortalecidos”, una certeza que desmentía su sola presencia ante las cámaras. “El que dice que negociamos el juicio político, se cae. En el medio del juicio dictamos la inconstitucionalidad del corralito”, quiso congraciarse. Junto con Moliné O’Connor buscó mostrarse lejos de la política, aunque juntos terminaron haciendo una de las manifestaciones políticas más directas del tribunal de los últimos tiempos.