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El entorno quiere y el jefe lo está pensando

El lunes pasado, Duhalde se reunió con un grupo de dirigentes justicialistas fuertes y les confesó sus temores y aspiraciones. Que Menem podría ganar la interna, que la economía resucitaría, que se podría quedar más tiempo. Música para sus oídos...

 Por Fernando Cibeira

Eduardo Duhalde los convocó el lunes pasado y les dijo exactamente todo lo contrario de lo que sostendría en público en los días siguientes. No es raro, ya que al decir de un dirigente de su entorno, lo que el Presidente viene haciendo es “embarrar la cancha y trabajar el día a día”. Lo que Duhalde expresó –o dio a entender– a ese grupo de dirigentes que el lunes lo visitó en su casa en Lomas fue que había que suspender la interna del PJ porque si no la ganaba Carlos Menem, que era muy probable que la Justicia declarara nula su convocatoria a elecciones generales el 30 de marzo, que tenía ganas de seguir hasta diciembre porque el año que viene la economía se reactivaría, y que luego bien podría ser candidato a presidente, ya que no hay político argentino que logre mantenerse al tope de las encuestas. En rigor, lo de ser candidato lo añadieron los integrantes de su entorno, siguiendo el hilo de su razonamiento.
Para ponerlos en tema, Duhalde les contó que le habían acercado algunos trabajos que indicaban que para fin de año la economía comenzaría a reactivarse y que los resultados podrían palparse a mediados del 2003. Y que sería bueno poder estar en la Rosada cuando eso suceda y no dejar que algún otro se llevara los beneficios de lo que él sembró. También se pergeñó la maniobra de convocar al Congreso Nacional del PJ para suspender la convocatoria a las internas del 15 de diciembre.
El lunes pasado Duhalde reunió en su casa a una parte de los dirigentes políticos más allegados para conversar de política. Estuvieron los diputados Eduardo Camaño y Jorge Villaverde, el ministro de la Producción Aníbal Fernández, los legisladores Osvaldo Mércuri y Baldomero “Cacho” Alvarez y el intendente de Lanús, Manuel Quindimil.
Algunas cosas que se dijeron allí no necesitaron interpretación porque fueron lo suficientemente claras. Otras resultaron menos cristalinas. Según uno de los participantes del encuentro: “Muchas veces a Duhalde no es sencillo comprenderlo. Por ejemplo, dice que no quiere participar de la próxima elección pero vive haciendo operaciones. Es así”.
No hizo falta hilar muy fino para entender por qué luego del encuentro Mércuri anunció que estaban juntando firmas para la convocatoria del Congreso del PJ. El duhaldismo maneja el cuerpo y estima que en el plenario que se realizará el 1º de noviembre podría suspender las internas o, al menos, modificar la composición de la junta electoral que responde al menemismo. Duhalde está convencido de que la interna así convocada la gana Menem y quiere pararla. Dice que sin internas –variante uno– es probable que finalmente Carlos Reutemann acepte ser candidato. La otra variante ya está dicha: que la Justicia también suspenda las elecciones de marzo y él deba seguir hasta diciembre del 2003. Y después ver.
Otra de las opciones, la del muletto cordobés José Manuel de la Sota, se pinchó definitivamente. Luego de ese encuentro, a Mércuri, Alvarez y a Fernández –los tres duhaldistas que le habían armando actos por la provincia– les quedó claro que no había que insistir con De la Sota. No por nada hace ya dos semanas que el cordobés no recorre el territorio bonaerense y se dedica a caminar, bastante solo, por el interior.
Señales
Duhalde le dijo esto a su entorno pero después sostuvo en público lo contrario. Sobreactuó la decisión de renunciar a la presidencia pidiéndole al Congreso que vuelva a convocar a la Asamblea Legislativa para que ratifique la elección de marzo y el acortamiento de su mandato. “Eso es para la tribuna. Si una parte del peronismo no quiere ir a elecciones, y a eso se suma el radicalismo, que seguro que no las quiere, la Asamblea no resolvería nada”, analizaba un dirigente duhaldista.
Después el Presidente hizo varias declaraciones confusas. Habló sobre el peligro que corrían las elecciones de marzo, que las internas abiertasdeberían suspenderse y también que –esto lo dijo ayer– cuenta con el poder suficiente para convocar a internas. No es lo único. También dijo que el 25 de mayo renunciaría indefectiblemente, al tiempo que lanzó una línea dentro del PJ bonaerense para reafirmar su liderazgo interno. Tanta señal a contramano no sería fruto de la improvisación. Al decir de uno de los integrantes de su entorno, Duhalde no tiene muy en claro hasta dónde puede llegar por lo que su preocupación pasa por embarrarle la cancha al menemismo e improvisar día a día. “Hace todo adrede. La verdad es que se quiere quedar, pero no sabe si va a poder”, explicaba el dirigente.
Kamchatka
Como en un juego de estrategia, el Presidente esconde su objetivo final. En la reunión de la semana pasada volvió a mencionar como opción al “dr. No” Reutemann y tomó vigor la versión de un acercamiento con el santacruceño Néstor Kirchner. Pero algunos hombres de su entorno lo que sacaron en claro es que el objetivo de máxima es quedarse para inventar un proyecto “Duhalde 2003”, amparado en la supuesta reactivación y en la ausencia de un candidato aglutinador.
Entonces, un poco porque Duhalde lo dio a entender y otro poco porque se quedaron sin candidato a quien hacerle campaña, desde su entorno salieron a alentar esa posibilidad. La supuesta usina del rumor serían funcionarios políticos del Gobierno con muchas ganas de permanecer en sus despachos. Cada vez que le mencionan esa posibilidad, Duhalde califica a quien la repite como estúpido, imbécil o alguna otra cosa por el estilo. Pero los que la difunden estuvieron hablando con él y son quienes más lo conocen.

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Los asistentes no se animan a definir qué quiere Duhalde.
“Embarra la cancha y trabaja para el día a día”, explican.
 
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