En un momento, Néstor Kirchner pidió que se silenciaran los bombos que, en verdad, se notó desde el principio que lo desconcentraban. Entonces el ex presidente pidió a los argentinos tener “memoria” y aseguró que “si no tuviéramos la mayoría parlamentaria necesaria, la Argentina caería en el vacío y tendríamos la crisis del 2001”. Fue anoche al hablar en un acto en el Luna Park que agrupaciones políticas y organizaciones sociales kirchneristas no justicialistas realizaron en apoyo al gobierno nacional.

Kirchner rechazó las encuestas difundidas en estos días que dan un marco de paridad en la provincia de Buenos Aires. “En algún momento tendrán que decir cuáles son las verdaderas encuestas. Estamos ganando y vamos a ganar las elecciones del 28 de junio; ellos lo saben y por eso nos atacan”, enfatizó.

El acto fue convocado por agrupaciones que apoyan a Kirchner por fuera del PJ, como el Frente Grande, el Frente Transversal Nacional y Popular, el Partido Comunista Congreso Extraordinario, la agrupación Los Pibes y Causa Popular, entre varias otras. La excusa fue el aniversario del triunfo electoral de Kirchner, el 27 de abril de 2003.

El acto abrió con una canción a cargo de Ignacio Copani, frente a un estadio lleno que, por oleadas, gritaba consignas a favor de la candidatura de Kirchner. “Lo que rebeló a la derecha es la existencia de un Estado al servicio del pueblo porque hasta ahora estaban acostumbrados a los gobiernos serviles que nos llevaron a la miseria”, aseguró el diputado Edgardo Depetri, del Frente Transversal, en su discurso, que preparó el clima antes de las palabras de Kirchner.

“No queremos un gobierno que ceda ante las presiones de los grandes grupos económicos, de los pooles sojeros, de los promotores del gatillo fácil, de los nostálgicos de la dictadura y del alineamiento incondicional con Estados Unidos”, explicó otro de los organizadores del acto, el titular del Frente Grande, Eduardo Sigal, quien se desempeña como subsecretario de Integración Económica de la Cancillería.

Ya que se trataba de conmemorar su triunfo en las urnas –“con sólo un 22 por ciento de los votos”, como se encargó de resaltar– , Kirchner comenzó con un racconto de los principales hechos de su gobierno: la modificación de la composición de la Corte Suprema, la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, la renegociación de la deuda externa privada y cuando “dijimos ‘chau Fondo Monetario Internacional, hasta que no sirvas al desarrollo de los pueblos, no queremos saber más nada con vos’”, al recordar la cancelación de la deuda con el organismo financiero. También mencionó la recuperación de empresas públicas.

“El proceso que comenzó con Cristina es mucho más difícil y complejo: es la profundización del cambio”, marcó. Y señaló dos medidas que, a su entender, fueron “trascendentales” de la actual gestión. Ahí fue la primera vez que pidió “escuchen bien”, porque se notaba que los bombos retumbaban fuerte sobre el escenario que lucía tan colmado como la atiborrada tribuna. Un gran telón rezaba “Con Néstor y Cristina: el país que queremos, la fuerza que necesitamos”. Una gran bandera argentina cubría la larga mesa en la que se ubicaron los invitados y oradores.

Las dos medidas que subrayó Kirchner fueron “la recuperación de los fondos de los jubilados para que sirvan a todos los argentinos” y “la movilidad automática de los sueldos de los jubilados cada seis meses”.

Acusó a la oposición de representar los intereses que pretenden “que vuelva la Argentina del modelo neoliberal”. “Quieren quebrar al gobierno popular y que no se profundicen la justicia y la equidad”, reflexionó. Ya antes, al comienzo de su discurso, había sostenido que era “casi natural que los espacios neoliberales se estén agrupando para construir la máquina de impedir”.

Entre quienes se ubicaron en la mesa ubicada sobre el escenario se destacaron la presencia del ministro del Interior, Florencio Randazzo, y la de defensa, Nilda Garré, en verdad dirigente del Frente Grande. También estuvo el jefe del bloque de diputados oficialistas, Agustín Rossi, junto a algunos intendentes del conurbano.

“O volvemos a millones de desocupados, a descontarles a los jubilados, los maestros y los estatales o peleamos y luchamos en la calle, puerta a puerta, pidiendo a los argentinos que defiendan este modelo que empezó a cambiar la historia de nuestra bendita patria”, afirmó Kirchner.

Cuando habló de la posibilidad de caer en el vacío si el oficialismo perdía la mayoría en el Congreso, remarcó que la del 28 de junio “no es una elección menor sino que se elegirá entre la defensa del este modelo o pasar a tener “millones de desocupados”.

Kirchner cerró agradeciendo a las organizaciones que había colmado el estadio. “No nos sentimos dueños del espacio nacional y popular, decimos con todas nuestras fuerzas que sabemos que los intereses que se mueven al servicio de restauración conservadora no nos atacan por los errores sino por los aciertos que se han logrando”, aseveró.