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Duhalde cree que “técnicamente” está por terminar la recesión

El Presidente hasta se animó a dar argumentos “macroeconómicos” para sustentar su optimismo. Según él, la economía ya creció por “dos trimestres consecutivos”. Con tres, se estaría saliendo.

La promesa se escuchó como un mantra –la repetición de un sonido para calmar los nervios y facilitar una meditación– en los primeros meses del gobierno duhaldista. Pero no se cumplió en término y desapareció de los discursos oficiales mientras la economía seguía estancada y el nivel de actividad ni amagaba a despegar. Pero, de repente, llegó el “veranito”, y la promesa reapareció a medida que mejoraban los índices macroeconómicos. “Estamos a punto de salir de la recesión”, pronosticó Eduardo Duhalde, quien ya había prometido lo mismo para el 9 de julio. Esta vez, el Presidente justificó sus dichos en que existe “cierta recuperación”. Aunque admitió que aún falta mucho para que eso se convierta en un “crecimiento sostenido y sólido”.
“Internacionalmente, se entiende com un resultado macroeconómico que cuando hay tres trimestres consecutivos de crecimiento se termina la recesión. Ya llevamos dos, estamos esperando el tercero. Realmente, creo que no solamente lo peor de la crisis ya pasó sino que estamos a punto de salir de la recesión”, argumentó ayer Duhalde durante su programa de radio de los sábados. En su visión, para lograr ese crecimiento “hace falta mucha más acción” y “políticas de aliento”. Pero su diagnóstico tiene un costado positivo: “Hoy tenemos una economía competitiva, con rentabilidad en muchos sectores, hay que ir al interior y ver cómo se están moviendo las economías regionales, cómo está haciendo punta el turismo.”
El entusiasmo del Presidente se basa, además, en una reciente alza del mercado de valores, y en los efectos reactivadores de la rebaja de dos puntos del IVA. La confianza del Gobierno se apoya, también, en el levantamiento del corralito que anunció el ministro de Economía, Roberto Lavagna. “Era una medida que quería anunciar antes de fin de año”, dijo Duhalde sobre la resolución de Lavagna, que se difundió el viernes a la tarde. “Terminar con el corralito trae beneficios sobre todo en el interior del país porque se dará un nuevo impulso a la economía, que es una de las máximas prioridades del Gobierno”, agregó Duhalde en su programa de radio.
Pero además de prometer buenas nuevas, el Presidente se ocupó del tema que más preocupa al Gobierno: el reclamo del FMI, que exige que se aumenten las tarifas de las empresas de servicios. La preocupación por el aumento de las tarifas tiene una explicación simple: el Ejecutivo –que por ahora disfruta los efectos del supuesto “veranito”– teme que la antipática alza de las tarifas le obligue a pagar el consecuente costo político. Si eso sucediera, le arruinaría los planes al oficialismo, que se prepara para lanzar su principal apuesta mediática, la “Operación Rescate” de los chicos desnutridos. Para el Gobierno, ese plan serviría para consolidar la figura de Chiche Duhalde (ver página 2).
El propio Duhalde aseguró ayer que el Gobierno no aceptará los aumentos de tarifas que exige el FMI. “El tema de las tarifas, en los porcentajes que estaban planteados no podrán ser. Le he pedido al ministro de Economía que cuando haga el borrador que va a hacer esta semana, quiero saber cuánto le van a aumentar en pesos. No quiero saber de porcentajes ni de nada sino cuánto le va a aumentar en pesos a las personas de menores ingresos, a las personas que gastan hasta 700, 800 kilowats/mes”, dijo. Al referirse a la incierta negociación con el FMI, Duhalde responsabilizó a los gobernadores de San Luis, Salta y La Rioja por entorpecer el diálogo con el Fondo.
Así, por ejemplo, aseguró que hay “dirigentes que están boicoteando el acuerdo”. “Dicen que el acuerdo es necesario pero, por otro, hacen lo imposible para tratar que ese acuerdo no llegue. Estoy convencido que es una actitud que los va a dejar muy mal parados”, afirmó. Ante un comentario del periodista que lo acompaña en su programa (“en el acuerdo de Olivos, hay tres provincias que no firmaron, como son La Rioja, San Luis y Salta”), Duhalde contestó con ambigüedad, porque no quiso nombrar a quienes considera responsables del boicot contra el acuerdo. Ellos son, por si hace falta aclararlo, Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá. “Laverdad es que prefiero hablar de otros temas”, dijo Duhalde. Así reveló a quién elige el Gobierno a la hora de identificar a sus enemigos. Sin embargo, esa pelea, la pelea de fondo, se resolverá recién en 2003.

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Ayer Duhalde derrochaba optimismo y dijo que la economía ahora es competitiva en muchos sectores.
 
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