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Primero presentó su libro, Sin excusas. Después concedió una larga serie de reportajes. Y ayer, cuando muchos creían que otra vez se había recluido en el silencio, Carlos “Chacho” Alvarez volvió a hablar. “Voy a hacer política trabajando en el plano de las ideas, del debate, y de aportar una visión estratégica a la Argentina”, sostuvo el ex vicepresidente. Con estas declaraciones, Chacho se refirió a su intención de armar un centro de estudios, que se convierta en el verdadero think tank del progresismo argentino, y cuyas líneas fundamentales están esbozadas en el último capítulo de su libro.
El ex jefe del Frepaso dijo a Radio La Red que “Argentina se ha quedado sin proyecto a mediano plazo” y prometió “no seguir en la política pensada simplemente desde lo partidario, como lucha por el poder, sino transitar el camino de hacer política con el debate. La intención es ayudar a fortalecer el debate de ideas, lejos de la agresión, de la confrontación o la polarización política del país”.
En privado, el ex vice reconoce planes bastantes concretos: su idea es armar un centro de estudios, desligado de los partidos políticos e inspirado en ejemplos como la Fundación Getulio Vargas de Brasil, integrado por académicos de diferentes especialidades, que genere proyectos y debates. “No puede ser que, cada vez que llega al gobierno, el progresismo debe recurrir a los técnicos de la derecha”, suele explicar Chacho. Además, la idea es lanzar una revista-libro similar a Unidos, que dirigió hace una década y que en aquel momento concentró al pensamiento peronista más progresista.
“Si bien no es tratar sobre lo urgente, creo que también un aporte puede ser estudiar y trabajar para lo importante, pensar estratégicamente el país”, justificó Chacho.
En realidad, las ideas básicas de Alvarez están esbozadas en el libro que editó junto a Joaquín Morales Solá. En el último capítulo, casi un monólogo, Chacho cita politólogos, sociólogos y dirigentes de diferentes países y expone algunas áreas en las que se debería intervenir rápidamente para recomponer la confianza social en la dirigencia política y en el Estado. Enumera medidas a tomar para abordar la crisis institucional y hasta se anima a plantear algunos puntos de vista sobre la economía, siempre con una orientación keynesiana.
Decidido a encontrar un nuevo lugar en la política argentina, Chacho insistió ayer con que no tiene pensado presentarse para ningún cargo electivo. “En este momento sería una agresión. Sólo valdría la pena si uno ayudara a revertir este clima de escepticismo. Estamos ante un panorama político-institucional muy decadente y absolutamente cuestionado por la mayoría de la sociedad”, explicó.
Finalmente, Alvarez se refirió a su renuncia a la vicepresidencia y la vinculó con la crisis que, un año después, marcó el final del gobierno de Fernando de la Rúa. “Se ponía al descubierto con mucha intensidad lo que iba a ser después una crisis semiterminal del funcionamiento político institucional de la Argentina, que junto con la crisis económica y social marcó el derrumbe”, señaló. Recordó “las movilizaciones, los cacerolazos, el 19 y 20 de diciembre y los piqueteros” y agregó que a pesar de todo esto “las instituciones siguen funcionando tal cual funcionaban casi en ese momento, con las mismas denuncias”.