Uno de los históricos “Gordos” del sindicalismo, el ex secretario general del Sindicato de Mecánicos del Transporte Automotor (Smata), José Rodríguez, falleció ayer víctima de un cáncer. En abril de este año, por sus problemas de salud y algunas causas judiciales por malversación que también lo tenían a maltraer, Rodríguez había abandonado la conducción del gremio que manejó con mano firme durante 36 años.

Aunque tuvo sus años dorados allá por los ’60 y los ’70, el gremio de los mecánicos siempre estuvo entre los más importantes del país. Actualmente se calcula que cuenta con unos 80 mil afiliados. Rodríguez asumió como secretario general de Smata en 1973 y por décadas se mantuvo entre quienes tenían voz y voto en las decisiones de la CGT.

Rodríguez inició su carrera gremial en la Unión Ferroviaria, en 1954. Diez años después ingresó en la fábrica de tractores Deutz donde fue delegado. En 1973 llegó a la conducción de la Smata, cargo del que fue separado durante la dictadura. En el fin del Proceso formó parte del “Grupo de los 25”, que hizo un paro general en 1982. El correlato político de este grupo fue la renovación peronista que encabezaba Antonio Cafiero.

Con el retorno democrático, Rodríguez retomó la conducción del Smata luego de ganarle una elección al menemista Rubén “Buscapié” Cardoso y mantuvo el cargo hasta que hace unos meses dejó el lugar a su adjunto, Mario Manrique. Rodríguez también cumplió dos mandatos como diputado.

Años atrás, Rodríguez debió declarar en el “Juicio por la Verdad”, en La Plata, por las 15 desapariciones ocurridas en octubre de 1975 en la fábrica de Mercedes-Benz. Los familiares de los desaparecidos lo acusaron de haber colaborado en el hecho pero Rodríguez aseguró no haberse enterado de nada de lo que sucedía. Este episodio le valió que la Federación Internacional de los Trabajadores Metalúrgicos (Fitim) lo suspendiera como su vicepresidente, cargo que ocupó durante muchos años. Pero últimamente no era esa causa la que lo preocupaba sino otras por malversación en los dineros de la obra social de los mecánicos, en la que parecía involucrada también su hija. Incluso, se sospechaba que tenía cuentas en Suiza.

Los restos de Rodríguez comenzaron a ser velados anoche en la sede del Smata, en Belgrano 665, y hoy serán trasladados al cementerio Jardín de Paz.