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“En política hay una frase famosa que dice `si querés que no pase nada creá una comisión`. Pero en este caso, eso no se dio”, aseguró Claudia Carlotto, directora de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), ayer, al conmemorar los diez años de vida del organismo que logró recomponer la identidad de 97 personas.
La CONADI, que depende de la Secretaría de Derechos Humanos, se creó en noviembre de 1992 por impulso de las Abuelas de Plaza de Mayo. El objetivo de la comisión fue, en un principio, ayudar a resolver los casos de niños desaparecidos durante la última dictadura o nacidos en cautiverio. Pero rápidamente esta causa se vio superada por las denuncias sobre tráfico de menores y adultos con identidad vulnerada.
En estos diez años de gestión, la CONADI resolvió 97 legajos. De ellos, nueve fueron hijos de desaparecidos que habían sido apropiados durante el terrorismo de Estado. Entre los restantes hubo jóvenes que, a pesar de conocer su identidad, por diferentes razones vinculadas a la dictadura (persecución política, problemas de seguridad, desaparición de uno de sus padres) no poseían la inscripción legal de uno o ambos padres. También hubo casos de adultos que buscaban su origen biológico y denuncias de tráfico y robo de niños no relacionadas con los desaparecidos. “En estos años nos dimos cuenta de que a las apropiaciones de chicos por razones políticas le seguían las desapariciones por razones económicas”, dijo Alcira Ríos, asesora legal de la comisión.
Además de Carlotto y Ríos, hablaron ayer en un acto realizado en el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos Héctor Sagretti, representante de la Defensoría General de la Nación; Félix Crous, de la Procuración, y Estela Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. También estuvieron el secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Jorge Taiana, y la ex subsecretaria del área y actual legisladora Alicia Pierini.