EL PAíS › EL GOBERNADOR CORDOBES SE “DISCULPO” POR SU INTENDENTE
De la Sota se divorció de Kammerath
Después de meses de crisis en la capital provincial, De la Sota rompió su alianza con el cuestionadísimo intendente de la Ucedé.
Por Mónica Gutiérrez
La separación del matrimonio político De la Sota.Kammerath es un hecho. Desde Río Cuarto, el gobernador pidió “disculpas a los vecinos de la ciudad de Córdoba por las situaciones que se están viviendo allí. Me he equivocado, he tratado de ayudar al gobierno municipal, pero es difícil hacerlo con los que no se dejan ayudar”, dijo José Manuel de la Sota en conferencia de prensa. Así estalló un escándalo y estalló la Unión por Córdoba, coalición que en 1999 ganó la gobernación y la intendencia capitalina. El mandatario blanqueó una situación que hace quince días se empezó a hacer insostenible y fue anticipada con las sucesivas renuncias de funcionarios justicialistas del gabinete municipal, que terminaron de concretarse ayer. Germán Kammerath anunció que se quedará y dijo que a De la Sota “no le corresponde” pedirle la renuncia. “La Ucedé se va a quedar en la Municipalidad porque la ganamos en las elecciones”, señaló un concejal leal, aunque ya nadie podría asegurarlo.
El final fue anticipado por la renuncia de una delasotista de la primera hora, el martes pasado. Haydeé Giri, secretaria de Salud, se fue del gobierno municipal “por motivos personales” en los dichos y por fuertes discrepancias con Kammerath en los hechos. Después de haber sido un orgullo local, el sistema sanitario cordobés entró en coma durante la actual gestión, ayudado por la creciente falta de insumos para atender pacientes. Las declaraciones de ayer del gobernador coincidieron con las renuncias de los últimos peronistas que quedaban en el gabinete y que habían llegado en diciembre por gestión del propio gobernador cuando intentó un salvataje de la gestión Kammerath. El secretario de Economía Daniel Robles y el titular de Atención Primaria de la Salud Carlos Mercado siguieron los pasos de los peronistas que fueron dejando la Municipalidad a medida que confrontaban con las decisiones ciegas del intendente.
El endeudamiento creciente, el transporte sin funcionar, el conflicto entre taxistas y remiseros que llenaron las calles de violencia y los paros que cada prestador de servicios tiene que hacer para cobrar no hicieron que Kammerath cambiara el rumbo. Sólo aumentaron los cacerolazos en su contra y el porcentaje de cordobeses que quieren que se vaya, según las encuestas un 85 por ciento.
El acercamiento entre Kammerath y De la Sota fue armado por el ex presidente Carlos Menem. El dúo marchó bien hasta octubre pasado. Pero cuando el peronismo ganó las legislativas, Kammerath no asomó por el palco de triunfo. Ya por entonces el publicista brasileño Duda Mendonça aconsejaba no aparecer “pegado” al liberal, que digería sin inmutarse la caída estrepitosa de su imagen en la ciudad. En el pedido de perdón de De la Sota se pudo leer ayer el despegue total. El menemista ya no le conviene y se lo hizo saber, como a Kammerath no le convino el alineamiento nacional del gobernador con Eduardo Duhalde.
El concejal ucedeísta Carlos Juncos admitió ayer al mediodía la ruptura de su partido con Unión por Córdoba. “Pero Kammerath no renunciará a la intendencia”, se anticipó a decir el edil. Horas después, el propio intendente aseguró que no se irá: “Las cosas pueden mejorar” siguió insistiendo y replicó a De la Sota al afirmar que él sí se deja “ayudar”. Y pasó la factura cuando dijo: “Sigo respetándolo como lo hice cuando me ofreció que fuera su vicegobernador en una elección que estaba perdida. No he presentado mi renuncia ni él me la ha pedido, no le corresponde hacerlo porque le debo representatividad al pueblo de Córdoba”. Un conspicuo ucedeísta eligió otra explicación ante Página/12: “Que les quede claro a todos que el jefe de Kammerath no es precisamente De la Sota, sino ‘el jefe’. Cuando Menem decida, nos vamos”.