EL PAíS › LA OPOSICION INTERCAMBIO REPROCHES POR NO HABER ALCANZADO EL QUORUM EN DIPUTADOS

Catarsis y promesa de sesión especial

El martes próximo, los bloques opositores de la Cámara baja quieren sesionar para derogar el DNU de Desendeudamiento y solicitar al Ejecutivo la revisión del Presupuesto 2010. El oficialismo retruca que para el primer punto necesitarán dos tercios.

 Por Miguel Jorquera

Después de acusaciones, reproches mutuos y autocríticas por el fracaso del miércoles en Diputados, el conglomerado opositor volvió a juntarse ayer y decidió ir a la carga contra el DNU 298 en una sesión especial solicitada para el próximo martes 13. Los diputados opositores irán al recinto con un temario acotado a dos puntos. El eje es el rechazo del decreto que habilita el uso de reservas del Banco Central para cancelar vencimientos de deuda pública, con la interpretación de que el DNU ya tiene “los plazos constitucionales vencidos” para que el Congreso se pronuncie. El otro, es solicitar al Gobierno la revisión del presupuesto de este año, una iniciativa de Proyecto Sur que garantiza la presencia del interbloque de centroizquierda en la sesión. En tanto, el oficialismo se apresta a reunir la tropa propia para bloquear que la oposición consiga los dos tercios, que según el kirchnerismo necesita para habilitar el tratamiento del DNU “sin dictamen de la Comisión Bicameral”.

En el encuentro de ayer por la tarde en el despacho del jefe de la bancada radical, Oscar Aguad, todos los representantes del espacio opositor le pusieron paños fríos al enfrentamiento que casi quiebra al Grupo A después del fracaso de no haber reunido el quórum para sesionar en la Cámara baja. Aunque la mañana había empezado tan caliente como había terminado el miércoles por la noche tras otra frustración opositora.

Elisa Carrió le había apuntado a los demorados diputados del interbloque de Proyecto Sur y el socialismo, que no llegaron a tiempo el recinto, aunque las ausencias atravesaron a todo el arco opositor. En la fracasada sesión, la líder de la Coalición Cívica –el único bloque con asistencia perfecta– afirmó que “algunos diputados fueron funcionales a la estrategia kirchnerista” y pidió difundir la lista de los ausentes.

Luego, Carrió desistió de los intentos desesperados del PJ disidente por “revivir” la sesión cuando el radical Ricardo Alfonsín quedó al mando de las expresiones en minoría. En su retirada, Lilita volvió a denostar a los ausentes: “Qué quieren explicar después de ir al despacho de Rossi (Agustín, el jefe de la bancada K) para arreglar”, afirmó.

Ayer, una de sus espadas parlamentarias, Patricia Bullrich, continuó en la misma línea de Carrió. “Hubo de parte de unos 20 o 25 diputados, irresponsabilidad y falta de gimnasia política”, sostuvo Bullrich, antes de instarlos a “salir de la ingenuidad, porque sino la ingenuidad se transforma en complicidad”. Luego soltó el desafío: “Veremos el martes que viene si están todos”.

Desde el socialismo y el interbloque de Proyecto Sur surgieron justificaciones y prefirieron apuntarle al oficialismo: “Yo estaba presente”, dijo la socialista Mónica Fein y distribuyó un comunicado con fotos del momento en que Rossi pidió que se diera por caída la sesión por falta de quórum y vencido el plazo de media hora de espera. Cerca de la jefa del bloque socialista luego admitieron que Fein estaba sentada en otra banca y por eso habría sido identificada por el sistema electrónico como otro diputado ausente de su bloque.

Pino Solanas condenó “las trampas del oficialismo”. “Las chicharras” del anexo de la Cámara “no sonaron”, sostuvo para justificar el retraso de varios miembros de su bloque. Pero Solanas también recogió el guante de las acusaciones de Carrió: “Es una chicana sin sustento, porque hemos venido todos trabajando juntos para que se hiciera la sesión”.

Ayer por la tarde, las declaraciones fueron más autocríticas y no tan crudas como las que había expresado el radical cobista Daniel Katz: “Pecamos de ingenuos y pelotudos”. “Tenemos que reconocer que hubo mucha ingenuidad”, sostuvo Horacio Alcuaz, del GEN.

Nadie pudo explicar la falta de previsión de la oposición. Algunos pocos reconocían por lo bajo que “el exceso de confianza en la mayoría numérica hizo que sigamos con la misma inercia de un año atrás cuando la responsabilidad de juntar el quórum corría por cuenta del oficialismo”.

Todos coincidieron ayer en responsabilizar al oficialismo de querer “clausurar el Congreso”. Los radicales Aguad y Rubén Lanceta, la cívica Bullrich, el macrista Federico Pinedo, los peronistas disidentes Felipe Solá y Marcelo López Arias, Alcuaz, Fein y Claudio Lozano, por el interbloque de Proyecto Sur, acordaron ir por una sesión especial para rechazar el DNU 298 y el compromiso de garantizar todas las medidas para una sesión exitosa.

Los acuerdos, por ahora, llegaron hasta allí. Escaso eco tuvieron los intentos de embestida de Solá sobre el presidente de la Cámara, el kirchnerista Eduardo Fellner, y quedó en stand by la propuesta de la CC de insistir con los impugnados dictámenes para declarar “nulo de nulidad absoluta e insanable” el DNU que habilitó el uso de reservas para pagar deuda. Aunque Carrió no bajará los brazos en su intención de bloquear por todo los medios la utilización de las reservas del Central.

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Para evitar la ruptura del heterogéneo Grupo A, los opositores prefirieron moderar las críticas cruzadas.
Imagen: DyN
 
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